•  Las rosas del balcón eran celosas
    novias bajo el agravio de la fina
    ironía falaz de una vecina
    que se ponía a reír de ciertas cosas.

     Tu perdón desdeñoso fué a las rosas
    y tus labios a mí. La muselina
    de la suave penumbra vespertina
    te envolvió...

  • Hoy no ha venido nadie a preguntar;
    ni me han pedido en esta tarde nada.

    No he visto ni una flor de cementerio
    en tan alegre procesión de luces.
    Perdóname, Señor: qué poco he muerto!

    En esta tarde todos, todos pasan
    sin preguntarme ni pedirme nada.
    Y no sé qué se olvidan y se queda
    mal en mis manos, como cosa ajena.

    He salido a la...

  • Él empieza donde acaban
    Espacio y Tiempo: su faz
    ve lo que es y lo que ha sido
    y lo que siempre será.

    La luz que hace su palabra
    ningún viento apagará.
    La mar le llama su brida
    y su rienda el huracán.

    Él solo, fuera del círculo
    de todo vivir, está,
    siendo final y comienzo,
    razón y letra inicial.

    Sus manos hilan los...