Dulce hermosura, de los cielos hija,
don que los dioses a la tierra hicieron,
oye benigna de mi tierno labio
cántico puro.
La grata risa de tu linda boca
es muy más dulce que la miel hiblea:
tu rostro tiñe con clavel y rosas
cándido lirio.
Bien cual se mueve nacarada espuma
del manso mar en los cerúleos campos,
así los orbes del...