A tres leguas de un puerto bullente
que a desbordes y grescas anima,
y al que a un tiempo la gloria y el clima
adornan de palmas la frente,
hay un agrio breñal, y en la cima
de un alcor un casucho acubado,
que de lejos diviso a menudo,
y rindiéndose...

Sencilla y grata vida de la aldea
levantarse al nacer de la mañana
cuando su luz en la extensión clarea
y se quiebra en la cúpula lejana,
vagar a la ventura en el boscaje...
Espiar en los recodos del camino
el momento en que el ave enamorada
oculta en el...

—Ella lo idolatró y Él la adoraba...
—¿Se casaron al fin?
—No, señor, Ella se casó con otro
—¿Y murió de sufrir?
—No, señor, de un aborto.
—¿Y Él, el pobre, puso a su vida fin?
—No, señor, se casó seis meses antes
del...

1
Perezosa estación de siesta grave,
y más que siesta pluma no ocupada,
que la batió otro tiempo vulgar ave,
y agora mano apenas divulgada,
me ocasionaron la que veis süave
égloga culta, bien que desgraciada,
generoso Señor, si...

1
Los ciento que dio pasos bella dama,
los mil que dio suspiros tierno río,
siendo ella esquiva más que al sol su rama,
y él, más que el sol amante a su desvío,
yo cantaré, que amor mi pecho inflama,
y no de Marte el plomo, cuyo...

1
Viniéronse a juntar Dafne y Dametas,
pastor de cabras uno, otro vaquero,
mientras las unas pacen inquietas
y las otras el sol huyen severo,
cuales por las roturas más secretas
y cuales, al soplar cierzo ligero,
por las amenas...

1
Desdenes, que el amor de acíbar llena,
destierran de tu margen, blanco río,
a quien sin duda fue cisne en la pena,
pues la supo llorar sonoro y pío.
Pero si quieres hoy verle en tu arena,
deja las ovas del retrete umbrío
que...

Pasó en un mundo saturnal; yacía
bajo cien noches pavorosas, y era
mi féretro el Olvido... Ya la cera
de tus ojos sin lágrimas no ardía.

Se adelantó el enterrador con fría
desolación. Bramaba en la ribera
de la morosa eternidad, la austera
Muerte hacia...

   I
Vistió mi juventud oro y brocado.
En su copa de púrpura embozada,
la mano sobre el pomo cincelado
de su sutil y florentina espada,

la blanca pluma del chambergo al viento,
al luar de las noches estivales
bajo la esbelta ojiva de un convento...

Poet: Arturo Borja

Ruge el mar, se encrespa y se agiganta;
la luna, ave de luz, prepara el vuelo
y en el momento en que la faz levanta,
da un beso al mar, y se remonta al cielo.

Y aquel monstruo indomable, que respira
tempestades, y sube y baja y crece,
al sentir aquel ósculo...