• ¡Oh qué gratas las horas de los tiempos lejanos
    en que quiso la infancia regalarnos un cuento!
    Dormida por centurias en un bosque opulento,
    despertaste a la blanda caricia de mis manos.

    Y después, sin que fueran los barbudos enanos
    o las almas en pena a turbar el contento
    del señorial palacio, en dulce arrobamiento
    unimos nuestras vidas como buenos...

  • CUENTO

    Ayer hallé a un cesante
    de rostro macilento,
    que frente a un panecillo
    tan duro como un hierro,
    –pues que quizás tuviera
    dos meses por lo menos,–
    contábale afligido
    dolores y tormentos,
    vertiendo cada lágrima
    que era un dolor el verlo...

  • Episodio de la mía
    es la historia de una rosa,
    tan punzante como hermosa;
    una Rosa a quien yo amé.
    En mi huerto se abrió un día;
    de mi huerto la arrancaron,
    a la corte la llevaron,
    y tras ella mi alma fué.

    De una reina al pie del trono
    la pusieron, y aromaba
    el palacio donde estaba
    como un búcaro oriental;
    a la corte daba...

  • Está Lisete, la Infantina,
    cerca del mar,
    escuchando la sonatina
    crepuscular.

    Y una azafata dice: Dueña
    te contaré
    una leyenda, alba risueña,
    que yo me sé.

    Responde la niña con leve,
    dulce mohín,
    y ya impaciente mueve el breve,
    rojo chapín.

    —El viejo Rey de la Isla de Oro
    poseía
    un rubio y cándido tesoro...