• Soledad deliciosa, bosque umbrío
    ¡ay, cómo en tu retiro busco en vano
    alivio al inmortal quebranto mío!

    Me hirió de Amor la poderosa mano,
    de Amor la flecha aguda envenenada
    que contra mí lanzara el inhumano.

    ¡Oh mil veces feliz edad dorada
    en que fue la ternura y la firmeza
    del constante amador siempre premiada!

    ...

  • ¡Oh pueblo malhadado!
    Con mil cadenas tu cerviz altiva
    amarrará a su carro la anarquía;
    de libertad te priva
    el padre de los dioses indignado,
    en pena de tu infame cobardía,
    hasta que con altares
    la diosa que ofendiste aplacares.

    De Bruto el alma santa,
    rasgando las esferas celestiales,
    en ti vino, y tu diestra...

  • Las humildes mansiones
    desaparecen del linaje humano,
    y las nubes preñadas
    mis plantas huellan: lejos ¡oh profano
    vulgo! a ti no son dadas
    las sagradas armónicas canciones
    oír que Apolo inspira,
    no el oír los tonos de la acorde lira.

    Rásgase el mortal velo,
    que al hombre siempre encubre tenebroso
    los sublimes arcanos,...

  • La villana avaricia, el insaciable
    amor del mando y del poder supremo
    las bajas tierras oprimido habían;
    abrumados gemían
    los hombres bajo el cetro intolerable,
    y del dolor en el violento extremo
    los dioses invocaban,
    que sordos a sus ruegos se mostraban.
    Amor, tú consolaste
    la humanidad; tú su deshecho llanto
    piadoso le...

  • Bella Emilia, perdón; yo te lo ruego
    por tu belleza; ¡ah cielos! ¡mi osadía
    cuánta disculpa tuvo! ¿Dó se halla
    aquel que a tu hermosura indiferente
    sin amarte te mira? ¿Quién tu dulce,
    tu suave elocuencia escuchar pudo
    sin la emoción más viva? ¿Y yo cuitado,
    yo solo ¡ay triste! sentiré tus iras?
    ¿Te aplacas, bella Emilia? ¿Me perdonas?...

  • Desciende, del sagrado
    monte, Calíope santa, y las loores
    de Batilo me inspira; dí cuál fuera
    de los brazos de Baco y los amores
    por Temis arrancado;
    cuál la Diosa severa
    blandir le enseña la amenazadora
    espada del delito vengadora.

    La espada que tajante
    en tu mano, Batilo, al poderoso
    opresor amenaza herida y muerte....

  • ¡Oh dulce Lanz! Mi juventud lozana
    ya para siempre huyó, cual agostada
    rosa, que brilla sólo una mañana.

    Cerca está ya de mí la fatigada
    corva vejez, de muerte precursora,
    de achaques y quebrantos rodeada.

    ¿Dó estás, oh juventud? ¿Dónde está agora
    de aquel semblante mío la frescura?
    ¿Dónde del claro Tormes la pastora

    ...
  • Yo, aquel que la Academia no ha premiado,
    ni de Bouillón el bárbaro diarista,
    ni el bonazo Guarinos ha elogiado;

    cuando me pica soy también coplista,
    y enhilo a millaradas consonantes,
    cual pudiera el más diestro repentista.

    Que del seco Forner no los tajantes
    reveses me amendrentan; no el graznido
    de la chusma de cuervos...

  • Así cuando el alcázar del Olimpo,
    el soberbio Mimante y los Titanes,
    hórridos hijos de la dura tierra,
    escalar intentaron, y de Atlante
    el grave Pelïón agobió el hombro;
    cuando cien lanzas blandeó Briareo,
    de Encélado la mano poderosa,
    arranca sierras y montañas lanza
    contra el sagrado cielo, y ni el tremendo
    rayo que Jove por los...

  • Cual rosa sobresale entre las flores,
    o cual la luna en la mitad del cielo
    a las estrellas todas señorea;
    cual entre chozas de pajiza aldea
    se levanta del suelo
    el erguido palacio; así Belisa
    abrasando de amor a mil pastores
    entre las zagalejas sobresales,
    y todos los zagales
    la danza y las pastoras descuidando
    absortos a...