• ¡Ojalá cada sol que te amanezca
    Aún más hermosa y más feliz te mire!
    ¡Nunca tu frente oprima
    El demonio tenaz del pensamiento,
    Ni blando rostro, halagadora risa,
    Hielen en ti la flor del sentimiento!
    No llorarás por ti, serás dichosa;
    Mas no a la compasión tu ánimo cierres,
    Porque en llorar con el dolor ajeno
    Hay alto y...

  • ¿Quién pudiera atajar, dulce señora,
    El raudal inexhausto de la vida?
    ¿Quién, en las horas de ventura arcana,
    Decir al corazón: «Aquí reposa,
    La tienda levantemos;
    Bastan sus lienzos a albergar dos almas»?
    No es la vida el fragor de la pelea,
    Ni el ciego impulso de ambición insomne
    Que lucra maldición en los aplausos,
    Sino la...

  • Vuelve a mis manos, olvidada lira,
    Ministra un tiempo de guerrero canto;
    Hoy de dolor el corazón suspira
    Y se agolpa a los párpados el llanto.

    ¿Qué es el hombre en la tierra? Polvo y cieno,
    Un punto breve en la extensión inmensa,
    Gota perdida en el profundo seno
    Del mar azul, entre la niebla densa.

    Las armas, los trofeos, los...

  • Almas afines hay; bésalas Jove,
    Y las manda a la tierra con el sello
    De divina hermandad. Si no se encuentran,
    Largo gemido y sempiterno lloro
    Es su vida mortal. De vanos sueños
    Se enamoran tal vez; el aire abrazan,
    Y entre el error y la esperanza viven.
    Una forma, una línea o un sonido
    Les trae el eco de su dulce hermana,
    Sombra...

  • ¡Al fin llegaron... desde el turbio Sena
    Que la varia y gentil ciudad divide,
    Metrópoli lodosa de Juliano,
    Hasta los montes de Cantabria invicta,
    Último escollo del poder latino!
    ¡Qué dicha, qué placer, cuánto tesoro!
    ¡Gracias, amigos! Ya mi estante oprimen
    Volúmenes sin cuento; ¡qué delicia
    Es recorrer sus animadas hojas!
    ¡Cómo a...

  • ¡Ved!... ya la vida universal fermenta
    En el regazo de la inmensa madre,
    Que rota la amplia túnica de hielo
    Su seno entrega sin cesar fecundo
    A los besos de lluvia engendradora,
    O a las caricias de amoroso viento.
    La eterna desposada
    Cede al blando alentar que hincha y entreabre
    Los poros mil de su robusta entraña,
    Y hombres,...

  • LA DONCELLA Robó un pastor a la prudente Elena.
    DAFNIS Yo gocé de otra Elena el dulce beso.
    DONCELLA No te jactes, pastor, el beso es vano.
    DAFNIS En vanos besos hay dulce deleite.
    DONCELLA Tu beso borraré, lavo mi boca.
    DAFNIS ¿Tu boca lavas? Besaré de nuevo.
    DAFNIS No te envanezcas; que cual sueño leve
    Pasa la flor de juventud lozana.
    ...

  • ¿Leíste alguna vez allá en el Tasso
    La suave historia del jardín de Armida?
    ¿Del pájaro te acuerdas prodigioso
    De varias plumas y de rojo pico,
    Que con humana voz allí cantaba
    La vida del amor y de las rosas,
    Las rosas codiciadas
    De mil amantes y de mil doncellas,
    Para adornar con ellas
    La tersa frente o el mullido seno?

    ...
  • ¿Por qué dicen, señora,
    Que es el dolor la tierra conquistada
    Por el moderno reflexivo numen?
    ¿No hay lágrimas de ardiente poesía
    Hasta en el polvo más menudo y leve
    De los sagrados mármoles de Atenas?
    Hoy mismo, ¿quién podría
    Llenar las soledades de tu alma,
    Con voz más empapada de consuelos,
    Que la solemne voz medio cristiana,...

  • Por el perfume de azahar difuso,
    El naranjo escondido se revela;
    El pebetero con olor profuso,
    Denuncia los tesoros que en sí cela;
    El alma donde Dios su huella impuso
    A otra alma rige y en sus obras vela;
    Si en sus obras hay luz, paz y hermosura,
    Es porque emanan de otra luz más pura.