A ...

¡Ojalá cada sol que te amanezca Aún más hermosa y más feliz te mire! ¡Nunca tu frente oprima El demonio tenaz del pensamiento, Ni blando rostro, halagadora risa, Hielen en ti la flor del sentimiento! No llorarás por ti, serás dichosa; Mas no a la compasión tu ánimo cierres, Porque en llorar con el dolor ajeno Hay alto y melancólico placer.

Collection: 
1876

More from Poet

Cien veces los miré, mas nunca supe Cuál era su color; fijos los míos En su lumbre, contentos se anegaban, Y al parecer veïan; Pero el alma sedienta penetraba, A través de las formas veladoras, En busca del recóndito sentido, Como busca el teósofo, Signada en piedras, plantas y metales, La...

Si dura ley, señora, Impide que mi voz presente y viva, O encadenada en letra mensajera, Amante vuele a acariciar tu oído, ¿Consentirás al menos Que el ritmo vago, como el aire libre, Indomeñable, etéreo, Que ni montes ni alcázares detienen Y halaga y duerme al velador tirano, Y nada dice y lo...

Erré, cándido Gino, largo tiempo, Y grandemente erré. Mísera y vana Juzgué la vida; insulsa más que todas Esta presente edad. Intolerable Fue y pareció mi lengua a la dichosa Prole mortal, si es que mortal se puede Llamar el hombre. Entre desdén y asombro, Del Edén odorífero en que habita, Rió...

Brote del labio lo que el pecho siente; Rompa su cárcel el interno fuego Que nutrí con amor por tantos días, Y devorando hasta el postrer rastrojo Del seco campo de mi amor perdido, Inflame el pensamiento Con nueva luz, de dichas precursora, Y el mundo del espíritu convierta En realidad radiante...

Puso Dios en mis cántabras montañas Auras de libertad, tocas de nieve, Y la vena del hierro en sus entrañas. Tejió del roble de la adusta sierra Y no del frágil mirto su corona; Que ni falerna vid ni ático olivo, Ni siciliana mies ornan sus campos, Ni allí rebosan las colmadas trojes, Ni rueda...