En vano, altiva Londres, a porfía
te enriqueces, te ensanchas y te pueblas,
si en una nueva atmósfera sombría
te envuelve el humo y tus eternas nieblas;
si no difiere lo que llamas día
de las nocturnas lóbregas tinieblas,
o, como triste pasajera tarde, ...
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Tres siglos ha que este sol
que hoy luce en el firmamento
alumbraba el nacimiento
del gran poeta español.
Purificado al crisol
de una edad y de otra edad,
monstruo de fecundidad,
numen de la patria escena,
Lope con su nombre llena ...
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Raza valerosa y dura
que con pujanza silvestre
dio a la patria en garbo ecuestre
su primitiva escultura.
Una terrible ventura
va a su sacrificio unida,
como despliega la herida
que al toro desfonda el cuello,
en el raudal del degüello
la...
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¡Oh de tanta maldad ejecutores!
Decid, ¿cómo pudisteis, con qué pecho,
exceder, los escándalos mayores
con la horrible perfidia de tal hecho?
Como a extranjeros no, más como a hermanos
os recibieron las orillas nuestras,
y a las aleves españolas manos ...
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Mirad, peruanos, vuestra hermosa tierra
que, bajo un cielo, plácido y ajeno
de procelosos vientos a la guerra,
ostenta leda el venturoso seno
que los deleites de la vida encierra
de todos bienes y abundancia lleno;
y al cielo bendecid que por morada
os...
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«Con temeroso son la fiera trompa»
los espacios asorda nuevamente:
¿A dónde corre esa confusa gente?
¿A quién amaga esa guerrera pompa?
¿Quizá con triple fulminante flota
España torna, de vengar sedienta
en vuestra ruina la insufrible afrenta
de su...
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Porque el mundo es una bola,
rueda inconstante, cual ves...
Pues ¿qué fijeza habrá en tres,
si nadie fija una sola?
Si gané por carambola,
hoy malograré mí afán...:
¡No temas! Listos están
mesa, marfil, tacos, tizas...
Y, ¡qué diablos!... Las...
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¡Cuánto de lo que fuiste eres diverso!
Ya del celeste Emperador privado,
a las dulzuras de tu ardiente verso
el sumo oído suspender fue dado:
hoy te oprime el destino mas adverso
y el más abyecto miserable estado:
que, en la balanza del Señor medida, ...
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¡Cuánta envidia mereces,
justo hermano de Marta y de María,
que viviste dos veces:
una naciendo del primer abrigo
que en el seno materno hospeda al hombre,
y otra del seno de la tumba fría!
Tú que, con tierno nombre,
ser mereciste apellidado amigo ...
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¿Detenerme? ¿Cejar? ¡Vana congoja!
La cabeza no manda al corazón.
Prohibe al aquilón que alce la hoja,
no a la hoja que ceda al aquilón!
¡Cuando el torrente por los campos halla
de pronto un dique que le dice: atrás,
podrá saltar o desquiciar la valla ...
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