• Ven, amada;
    anhelante mi espíritu te llama

    En la fuente piadosa de tus labios
    apagaré mi sed,
    y bendita serás como la dulce
    samaritana bíblica.

    ¡0h, mi sed de ternura!
    Ven, amada;
    anhelante mi espíritu te llama.

  •  Escribir es mi vicio.
     Primero, fueron cartas, luego cuentos, ahora palabras.
     Y de las tres costumbres, ninguna es mejor.
     Lo mismo es placer. La pluma que escriba o escriba el pensar.

  • Lloraba perlas la fonta harmónica
    las dalias descubrían sus sonrojos,
    cuando pasó triunfal y salomónica
    la Emperetriz de los celestes ojos.

    Tornaba en mi divino clavileño
    de una excursión solar hollando abrojos;
    y me sonrió en un éxtasis de ensueño,
    la Emperatriz de los celestes ojos.

    Rimaba un grillo su sonata abstrusa,
    agria a la luz de...

  •  La góndola volvía. Frente a frente
    estábamos, en esa inolvidada
    vieja tarde de otoño, purpurada
    por la sangre del sol en el poniente.

     Y porque te mostrabas displicente
    a tu mismo abandono abandonada,
    se me antojó decir, sin decir nada,
    lo que...

  •  La mesa estaba alegre como nunca.
    Bebíamos el té: mamá reía
    recordando, entre otros,
    no sé qué antiguo chisme de familia,
    una de nuestras primas comentaba
    — recordando con gracia los. modales,
    de un testigo irritado — el incidente
    que presenció en la calle;
    los niños se empeñaban, chacoteando...

  • Eran aquellos ojos, inmensos y rasgados.
    Los conocí hace tiempo, siempre puros e iguales,
    quietos, como el ensueño de los claustros sellados.
    En las horas de éxtasis vibraban musicales
    al igual de esos pozos frescos, de aguas cantantes.
    Jamás los vi cerrados. Fijos en los caminos
    contemplaban, absortos, el ir de los viandantes
    con la ignota indulgencia...

  • Nada está sujeto a los ojos para siempre
    Nada tiene lazos de leyenda a través del murmullo
    Sólo tu sombra da el destino y despierta la caverna
    Tu lumbre que suspira a modo de subir
    Entregándose entera en su esperanza
    Como chispa confiada y como signo de su hondura

    Volvamos al principio sin conclusión alguna
    En virginal salida de la piel vidente
    ...

  • Son tan vivos los colores
    de tus flores, raro amigo,
    que yo a tus flores les digo
    “Corazones hechos flores”.

    Y pensar a veces llego;
    si este árbol labios se hiciera…
    ¡Ah, cuánto beso naciera
    de tantos labios de fuego…!

    Amigo: qué lindos trajes
    te ha regalado el Señor;
    te prefirió con su amor
    vistiéndote de celajes…

    Qué...

  • ¡Árboles!
    ¿Habéis sido flechas
    caídas del azul?
    ¿Qué terribles guerreros os lanzaron?
    ¿Han sido las estrellas?

    Vuestras músicas vienen del alma de los pájaros,
    de los ojos de Dios,
    de la pasión perfecta.
    ¡Arboles!
    ¿Conocerán vuestras raíces toscas
    mi corazón en tierra?

  • Para ti mi pensamiento,
    para ti mi corazón;
    para ti, flor de tormento,
    mi pasión.

    Y que dos cercos violados
    que a tus ojos hechizados
    aureolan de suplicios,
    viertan en mí, alucinados
    maleficios.

    Porcelana de ilusiones
    tu palidez...
    Me da claustrales visiones
    tu languidez...
    y tu labio purpurado
    que has mojado...