• Bien parece que, al crearte,
    no te dio la suma diestra
    tan celestial hermosura
    y gracia tan halagüeña,
    sino por negarte dichas
    y alegres horas serenas,
    de éstas así descontando
    lo que prodigó en aquéllas:
    pero, ¿cuándo, dime, cuándo
    no fue infeliz la belleza?
    ¿Cuándo no fueron las gracias
    blanco de la suerte adversa?
    Tu...

  • En la Venus de Médicis el arte
    Previó cuanto hay en ti, menos la túnica.
    Irreprochable desnudez imparte
    Al mármol gracia vencedora y única.

    No te des al acaso. Dios no envía
    La suprema beldad a cualquier gusto.
    ¡La manda para ser en la porfía
    botín al fuerte y galardón al justo!

  • Tu dulce voz, oh Justa, me convida
    a levantar los ojos de la mente
    a la segunda perdurable vida,
    aspirando a ese gozo permanente
    que no cansa jamás, ni mezcla alguna
    se dolor o de mal en sí consiente.
    ¡Ay! desde que la pérfida fortuna
    en flor cortó las ilusiones mías,
    y la experiencia me dejó importuna;
    desde que vivo tan amargos días,...

  • Huye la dorada puerta
    de una existencia que ignoras,
    que en este Edén que ya adoras,
    no entre lirios se despierta.
    Si en tu cándido delirio
    te place nuestra existencia,
    nunca sepa tu inocencia
    que esta vida es... el martirio.

  • Traigo por la cadena un bello tigre hircano
    Que a tu neurosis, harta de júbilos de miel,
    Inspira un acre gusto: el de pasar la mano
    Por la incitante felpa de la vistosa piel.

    Felino que figura el estro a que sonríes,
    El numen que me alienta, gallardo y fiero al par
    Y que gruñendo lame tus breves borceguíes,
    Cual por el flujo a veces en la ribera el...

  • I
    El sol de la ventura
    no ha dado aún a mis ojos
    tu imagen; mis antojos
    perciben tu hermosura,
    perciben en la altura
    de un ángel el destello,
    de un hada el rostro bello...
    para llamar feliz mi triste suerte,
    ángel, hada o mujer, anhelo verte.

    II
    Amor me inspira el ave
    del aire mensajera,
    que lleva al...

  • Hermosísima reina del sarao,
    con quien apareciera menos bella
    la esposa desleal de Menelao,
    como al rayo del sol la última estrella;
    ¡Ay! que mañana voladora nao,
    mientras imprima aún su leve huella
    en la blanda almohada tu mejilla,
    me apartará por siempre de esta orilla.
    ¡Dichosa danza que tu talle estrecho
    enlazar con na brazo me...

  • A UNA SEÑORITA QUE ES MUY ERUDITA

    Señorita, yo no sé
    por qué su papá de usté
    le ha dado esa educación,
    y le diré la razón
    de no explicarme el por qué.

    Comprendo que su papá,
    que cifra en usté su encanto,
    la eduque bien ¡claro está!
    ¡Pero si estudia usté tanto
    que es una barbaridá!

    ¿A qué viene esa manía,
    ...

  • Espléndida rosa de mágico prado
    que entreabre sus hojas al sol del amor,
    eso eres, Anita. Yo soy, a tu lado,
    la espina en la rosa, la nube en el sol.

    Dejé mis riberas, mi nido de palma,
    colgado de un árbol dejé mi rabel;
    tendí en el espacio las alas de mi alma
    y llego y murmuro mi nombre a tus pies.

    Es flor de los cielos la pálida estrella,...

  • Díceme un dios que dentro el pecho siento,
    que al nacer se me dio fuego divino,
    sólo porque cantara ¡oh Grimanesa!,
    las gracias, la virtud y la belleza.
    Yo cumplí, no sin gloria, mi destino,
    cuando mi corazón y el alma mía
    en vivo amor y juventud ardía.

    Y en premio de haber sido
    siempre fiel al dulce ministerio,
    el Dios, a cuyo imperio...