• Choca tu dulce boca con la mía,
    mujer deslumbradora;
    y brotará la ardiente poesía
    que mi mente atesora.

    Deja, deja que rompa ese lujoso
    traje de terciopelo
    que oculta, como amante cariñoso,
    de tu belleza el cielo.

    Quiero una bacanal regia y grandiosa;
    que el dios de...

  • En hondo sueño reposa
    la vasta mortal familia:
    yo sólo gimo en vigilia
    sempiterna y dolorosa.
    Y escucho desde mi lecho
    el ronco son con que el mar
    no cesa de acompañar
    los suspiros de mi pecho.
    Somos, oh mar, parecidos:
    tú de sonar nunca dejas,
    ni yo de exhalar mis quejas
    y mis profundos gemidos.

  • ¡Oh! ¿dime qué pesar tu seno encubre,
    qué triste desencanto
    en esa tu faz bella,
    dejó de un amarguísimo quebranto
    la dolorosa huella?
    ¿Porqué te hastías
    en medio de la fiesta rumorosa,
    en que brindan risueñas alegrías
    tanto airoso galán y tanta hermosa?
    ¿De un placentero amor lloras acaso
    la pérdida doliente,
    que fiero se llevó...

  • Sobre la cabeza del lomiyo
    Que luce en oro de su dueño el nombre,
    Como cansáo de asujetar las riendas
    Se apoya el brazo convidando al trote.
    Obedece el overo,
    Que sabe ya que al comenzar la noche,
    La inquietú de su dueño se adormece
    Como en agua e laguna el camalote,
    Y, pisando a gatitas la gramiya,
    Va saliendo del monte
    Pa rumbiar...

  • Cuando a la media noche me despierta
    el medroso aullido
    de mi perro que, acaso mal dormido
    en el umbral oscuro de mi puerta,
    de los trasnochadores el rüido
    oye en la calle lóbrega y desierta,
    o El alerta
    del gallo
    que en las hondas tinieblas sumergido
    cela, ampara y vigila su serrallo,
    me incorporo en el lecho,
    me...

  • Cuando la mulata noche
    con sus higas de azabache,
    sale a estrellarse con todos
    lleno el rostro de lunares;

    cuando brujas y lechuzas
    a lustras tinieblas salen,
    a chupar lámparas, unas,
    y otras a chupar infantes,

    me salí confuso y triste
    a buscar un consonante
    ¡forzosa pensión de aquéllos
    que comen uñas y guantes!

    Los...

  • Va cayendo el día. Una gran paz llena las pobres mentes, cansadas del trabajo diario, y sus pensamientos toman ya los colores tiernos o indecisos del crepúsculo.

    Sin embargo, desde la cima de la montaña llega hasta mi balcón, a través de las nubes transparentes del atardecer, un gran aullido, compuesto de una multitud de gritos discordes que el espacio transforma en lúgubre armonía,...

  • (EN EL CONCIERTO)
    Llueve; la tarde triste y nebulosa.
    Al beso de la lluvia fecundante
    su frente inclina la purpúrea rosa,
    como al ósculo fresco del amante
    la enamorada virgen ruborosa.
    El agua cristalina
    en las frondosas ramas centellea,
    cual joya de diamantes que campea
    en los bellos cabellos de una ondina...

  • OYES? Ya baja á nuestro espacio umbrío
            De las etéreas salas
    El viento de la noche rudo y frío
    Rasgando nubes con sus negras alas.

    Oyes? Como rumor de tristes voces....
    Ecos de llanto, vuelos de suspiros....
    Como tropel de ayes.... como voces
    De incomprensibles y volubles jiros....

    Es que el viento recoje con empeño
    Escorias de...

  • Infinito deseo de alas,
    continuas nostalgias de vuelo:
    corazón mío que te exhalas
    como grano de mirra al cielo.

    Beso, rosa, mujer y lira:
    ya sé la vanidad de todo;
    sé de la sierpe que conspira
    contra la estrella, desde el lodo;

    de la penumbra en que su flecha
    aguza deidad vengativa;
    del ojo del caos que acecha
    nuestra miseria...