• A Juan Verdesoto

    Va ligera, va pálida, va fina,
    cual si una alada esencia poseyera.
    Dios mío, esta adorable danzarina
    se va a morir, se va a morir ... se muere.

    Tan aérea, tan leve, tan divina,
    se ignora si danzar o volar quiere;
    y se torna su cuerpo un ala fina,
    cual si el soplo de Dios lo sostuviere.

    Sollozan perla a perla...

  • Danza la danza caprichosa...
    (¿Tórtola...?) ¿Salomé...?
    Y tras el fino velo rosa
    sonríe Astarté.

    En el crepúsculo amatista
    llena la gracia del jardín
    Bablbul saluda la imprevista
    danza... ¡Salve Mahanaím...!

    Panderos y timbalería.
    Kaleidoscopio es el pie
    rosa vibrante de harmonía
    (Tórtola y Samolé).

    Es Occidente y es el...

  • Señor, ved nuestras almas, en sus duros encierros
    donde no hacen la luz vagas filosofías,
    vírgenes arrojadas desnudas a los perros
    cuando apenas se encienden las rosas de sus días.

    En vano no hemos buscado, por diversos caminos,
    la ruta azul que lleva a la ideal Bizancio...
    Y hoy vamos hacia el puerto de tus brazos divinos,
    pobres de voluntad y...

  • Se extinguirán mis años, ardiendo como cirios,
    a tus plantas; las rosas
    de mis sueños, mustias por los días,
    regarán a tus pies sus difuntas corolas.

    Y habrá un sol que ilumine
    mi cuerpo —ya sin alma—, negra copa
    vacía de una esencia de infinito... Y el sueño
    será definitivo...

    ¡Pero, entonces, tú sola,
    releyendo los versos en que me...

  • Abril canta en mi oído con sus rosas y brisas,
    con fresca boca ríen las rosadas auroras,
    la primavera esparce su guirnalda de risas...
    ¿Por qué obstinadamente melancólico lloras?

    Cipris ofrece el vino de sus púrpureas viñas,
    Leda y el Cisne ensayan el dulce simulacro,
    y son rubias manzanas los senos de las niñas
    en cuyos labios tiernos palpita el...

  • Señor, en mí me busco y no me encuentro...
    ¿Dónde la claridad del nuevo día
    cuya luz inmortal fulgura dentro
    del corazón sin pena ni alegría?

    Tú eres la paz, y yo soy la contienda;
    tú eres la luz, la noche va conmigo...
    Mis ojos, ciegos por la negra venda,
    no distinguen amigo ni enemigo...

    ¡Pero una voz en mi interior te nombra
    y...

  • El Alma en los labios fue un poema escrito por Medardo Ángel Silva poco antes de suicidarse; fue un homenaje a su novia Rosa Amada Villegas.
    El músico cuencano Francisco Paredes Herrera, que residía en Guayaquil, el 15 de Junio de 1919...

  • A Modesto Chávez Franco

    Las interrogaciones con que, en horas fatales,
    queremos sondear la Esencia Verdadera,
    son voces a la Esfinge siempre muda, señales
    en la sombra que nadie ve de la otra ribera.

    Sí; de nuestro dolor sólo perdura
    el eco sollozante a merced de la brisa.
    ¡Ay de ese cuyos...

  • Satán es cazador furtivo en la celeste
    selva donde divaga el místico redil
    y, como un joven sátiro, en la dulzura agreste,
    suena la tentación de su flauta sutil.

    ¡Ay, del que oyera el canto del Malo!, quien oyera
    la perversa sirena del Pecado Mortal,
    ni rasgando su carne poseída pudiera
    extirpar la ponzoña del hechizo fatal.

    ¡Y bien lo sabes tú...

  • Nos volvemos a ver, amada de otros días,
    casualmente: la vida tiene sus ironías
    y nos une, un instante, para que recordemos
    nuestras horas de abril que perdidas tenemos.

    Tal vez ni me conoces: el tiempo ha transcurrido
    tan veloz (la mujer es propensa al olvido)
    y quizás ni recuerdes dónde estuvo alojado
    tu corazón, por nuevos huéspedes ocupado.

    ...