Di, Panadera,
Panadera soldadera,
que vendes pan de barato,
quéntanos algún rebato
que te aconteció en la vera.

Di, Panadera.
Un miércoles que partiera
el príncipe don Enrique
a buscar algún buen pique
para su espada ropera,
saliera...

Poet: Juan de Mena

¿Cuál es la niña
que coge las flores
si no tiene amores?

Cogía la niña
la rosa florida.

El hortelanico
prendas le pedía,
si no tiene amores.

Poet: Gil Vicente

I

¡Oh, muy alto Dios de amor
por quien mi vida se guía!
¿Cómo sufres tú, señor,
siendo justo juzgador,
en tu ley tal herejía?
¿Que se pierda el que sirvió,
que se olvide lo servido,...

I

Porque el tiempo es ya pasado
y el año todo cumplido,
después acá que hube entrado
en Orden de enamorado
y el hábito recibido,
porque en esta religión
entiendo siempre durar,
...

Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.

Mas quiero vivir segura
nesta sierra a mi soltura,
que no estar en ventura
si casaré bien o no.

Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.

Madre, no seré casada
por no ver vida cansada,
o...

Poet: Gil Vicente

I

Es amor fuerça tan fuerte
que fuerça toda razón;
una fuerça de tal suerte,
que todo seso convierte
en su fuerza y afición;
una porfía forçosa
que no se puede vencer,
cuya...

El que quisiere apurarse,
véngase muy sin temor
a la fragua del Amor.

Todo oro que se afina
es de más fina valía,
porque tiene mejoría
de cuando estaba en la mina.

Ansí se apura y refina
el hombre y cobra valor
en la fragua del Amor.

...
Poet: Gil Vicente

En la huerta nasce la rosa:
quiérome ir allá
por mirar al ruiseñor cómo cantavá.

Por las riberas del río
limones coge la virgo.

Quiérome ir allá,
para ver al ruiseñor
cómo cantavá.

Limones cogía la virgo
para dar al su amigo.

...

Poet: Gil Vicente

I

En una llaga mortal,
desigual,
que está en el siniestro lado,
conoceréis luego cuál
es el leal
servidor y enamorado;
por cuanto vos la hicisteis
a mí después de vencido...

Estando triste, seguro,
mi voluntad reposaba,
cuando escalaron el muro
do mi libertad estaba.
A escala vista subieron
vuestra beldad y mesura,
y tan de recio hirieron,
que vencieron mi cordura.

Luego, todos mis sentidos
huyeron a lo...