• Si en la margen de arroyo que camina.
    Suspende bello pájaro sus vuelos,
    cuando bebe una gota cristalina,
    levanta el pico de ámbar a los Cielos.

    Suenan en el festín del potentado
    los brindis a la suerte veleidosa,
    al ciego amor y al rostro delicado
    de las bellas que ciñen fresca rosa;

    y mientras que retumban los salones
    con cánticos de...

  • Ave errante, cruzando el infinito
            Por este mundo paso.
    La ley de la materia me entretiene
            Entre el placer y el llanto.
    Y al ir desde la cuna hasta el sepulcro
            Bien sé que, infortunado.
    He de llegar á ser ceniza fría
            Para propios y extraños.
    Mas por que no se olvide hasta mi nombre
            Al disiparse el...

  • Oye: bajo las ruinas de mis pasiones,
    y en el fondo de esta alma que ya no alegras,
    entre polvos de ensueños y de ilusiones
    yacen entumecidas mis flores negras.

    Ellas son el recuerdo de aquellas horas
    en que presa en mis brazos te adormecías,
    mientras yo suspiraba por las auroras
    de tus ojos, auroras que no eran mías.

    Ellas son mis dolores,...

  • No extrañéis que conserve, cual tesoro,
    esas pálidas flores;
    sus hojas son las páginas de oro
    de una historia de amores.

    Esas páginas traen a mi memoria
    la ventura perdida;
    el tiempo del placer y de la gloria,
    mañana de la vida.
    ........................................
    El fuego en tu corola ya...

  • He recojido abrojos á millares;
            lo saben los ingratos.
    Pero una que otra flor llevo en mi seno
            De algunos que me amaron.
    Cuando parta de aquí, liviano el peso
            Será de lo que cargo.
    Recojerán entonces tanta espina,
            Tras de mí, los ingratos.

  •  Mi alma tierna y melancólica
    se ha enamorado de ti,
    Magdalena hecha en mayólica
    por Bernardo Palissy.

     Serás mi único tesoro
    hasta que venga la Intrusa;
    eres lo que más adoro
    con mi madre y con mi musa.

     Como un ópalo en mi dedo
    turba mi felicidad
    ese inexpresable miedo
    a tu gran fragilidad.

     Eres un alma perdida...

  • Vimos los laberínticos senderos interiores
    —ideas como larvas y monstruos roedores—:
    toda la fauna y flora que nutren el Espanto
    y la Locura...

    El aire sabía a sangre y llanto.
    Y llegamos al círculo postrer de condenados,
    y yo dije:

    —Maestro: ¿y esos puños crispados?
    ¡Y esos ojos de vértigo cuya mirada brilla
    como la del felino que guarda...

  • Cuando miré de soledad vestida
    la senda que el destino me trazó,
    sentí en un punto aniquilar mi vida.

    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    ¡Cuando infeliz me contemplé perdida
    y el árbol de mi fe se desgajó,
    tuvieron, ¡ay!, para llorar mis ojos
    de amargura y de hiel tristes despojos!

    ¡La nada contemplé...

  • Pero hasta que se apaguen las húmedas pupilas
    de este loco muchacho que te dice sus versos,
    rimarán en tu gloria sus más dulces canciones
    los líricos bulbules que cantan en mi huerto!

    Quizás nunca regreses, o cuando tú retornes,
    mi corazón, inmóvil, duerma su último sueño,
    el que velan los sauces, como madres llorosas,
    y las lunas doradas sobre los...

  • Novis te cantabo chordis,
    O novelletum quod ludís
    In solitudine cordis.

    Esto sertis implicata,
    O femina delicata,
    Per quam solvuntur peccata!

    Sicut beneficum Lethe,
    Hauriam oscula de te,
    Quae imbuta es magnete.

    Quum vitiorum tempestas
    Turbabat omnes semitas,
    Apparuisti, deitas,

    Velut stella salutaris
    In...