Fragilidad

Mi alma tierna y melancólica
se ha enamorado de ti,
Magdalena hecha en mayólica
por Bernardo Palissy.

Serás mi único tesoro
hasta que venga la Intrusa;
eres lo que más adoro
con mi madre y con mi musa.

Como un ópalo en mi dedo
turba mi felicidad
ese inexpresable miedo
a tu gran fragilidad.

Eres un alma perdida
del Infortunio en las fauces;
eres Ofelia subida
a las ramas de los sauces.

Eres de nieve y cristal,
y si te estrecho en mis brazos
la copa del Ideal
ha de quebrarse en pedazos.

Eres un astro de oros
en mi existencia confusa;
eres lo que más adoro
con mi madre y con mi musa.

Por si algún día estoy falto
de tu amor y tu bondad,
vivo en triste sobresalto
por tu gran fragilidad.

Collection: 
1915

More from Poet

  • ¡Dentro de unas noches te quedarás muerta!
    Como las umbelas de los heliotropos
    se ajarán tus senos de hermosura yerta,
    y no tendré rimas, ni ritmos, ni tropos

    para retratarte dormida en los copos
    de tu albo reposo. Huirá tu alma incierta
    libre por las...

  • Tiene su pelo raros destellos
    cuando de noche sueña en los bancos;
    es la que tiene los ojos bellos;
    es la que tiene los dientes blancos.

    Es juglaresa de las aldeas;
    sus danzas cínicas son turbadoras;
    tiene el encanto de las napeas
    cuando el sol bruñe...

  • Este noble deleite de sudar y esforzarme
    para luego morir, sin querer recompensa...
    Ebrio de dinamismo, no me disperso nunca.
    Mi vida es simple y lineal.

    He donado mis tierras; he quemado mis ropas.
    Con mi mandil de cuero, en mi gruta, en mi fragua
    ...

  • Nietzsche, tu jerigonza parabólica
    briosa flagelaba al mundo estulto;
    de tu boca de morsa melancólica
    fluían las centellas del insulto.

    La vida es triste. Es un festín de heces.
    Torpes cerebros sucios y rastreros
    y en una apoteosis de sandeces...

  • Eres bella y elegante
    y tu alma extravagante
    en amar no se marchita;
    gozas la dicha completa.
    Dios no te hizo tan coqueta
    al hacerte tan bonita.

    Brotan lujuriosas luces
    de tus ojos andaluces
    y de tu pelo africano,
    y eres como una musmé...