Atraviesas la vida como un jirón de bruma
—tan exquisita y tan crepuscular—
celeste y vaporosa, con levedad de espuma
o de aroma lunar.
No basta el verso diáfano para tu gracia suma,
ni la cadencia rítmica del misterioso mar,
ni el trino de la alondra que sonrosa su pluma
en el parque de sol y aroma de azahar.
Es tuyo el melodioso imperio de la...