• Un espejo a mi Dueña retrataba,
    Y ella se enamoraba
    De su propia belleza;
    De suerte que en asombros de fineza
    Extraños celos a mi amor apura
    Con su propia hermosura su hermosura.

  • (1)
    Las tinieblas

    En las cavernas de insondable tristeza
    Donde el Destino ya me ha relegado;
    Donde jamás penetra un rayo rosado y alegre;
    Donde, sólo, con la Noche, áspera huéspeda,

    Yo soy como un pintor que un Dios burlón
    Condena a pintar, ¡ah! sobre las tinieblas;
    Oh, cocinero de apetitos fúnebres,
    Yo hago hervir y como mi...

  • Ya que encerré la tropilla
    y que recogí el rodeo,
    voy a templar la guitarra
    para esplicar mi deseo.

    Cielito, cielo que sí,
    mi asunto es un poco largo;
    para algunos será alegre,
    y para otros será amargo.

    El otro día un amigo,
    hombre de letras por cierto,
    del rey Fernando a nosotros
    me leyó un gran Manifiesto.

    Cielito,...

  • Este espectro singular no tiene otro aderezo,
    Grotescamente plantado sobre su frente de esqueleto,
    Que una diadema horrible y carnavalesca.
    Sin espuelas, sin fusta, acosa un caballo,
    Fantasma como él, rocín apocalíptico,
    Que babea por el belfo como un epiléptico.
    A través del espacio se precipitan juntos,
    Y hollan el infinito con un casco atrevido....

  • Era la explosión del año nuevo: caos de barro y nieve, atravesado por mil carruajes, centelleante de juguetes y de bombones, hormigueante de codicia y desesperación; delirio oficial de una ciudad grande, hecho para perturbar el cerebro del solitario más fuerte.

    Entre todo aquel barullo y estruendo trotaba un asno vivamente, arreado por un tipejo que empuñaba el látigo.

    Cuando el...

  • Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire.

    ¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música...

  • Yo te digo: "Alma mía, tú saliste
    con vestido nupcial de la plomiza
    eternidad, como saldría una ala
    del nimbus que se eriza
    de rayos; y una mañana has de volver
    al metálico nimbus,
    llevando, entre tus velos virginales,
    mi ánima impoluta
    y mi cuerpo sin males."
    Mas mi labio, que osa
    decir palabras de inmortalidad,
    se ha de pudrir...

  • Es una tarde mustia y desabrida
    de un otoño sin frutos, en la tierra
    estéril y raída
    donde la sombra de un centauro yerra.
    Por un camino en la árida llanura,
    entre álamos marchitos,
    a solas con su sombra y su locura,
    va el loco hablando a gritos.
    Lejos se ven sombríos estepares,
    colinas con malezas y cambrones,
    y ruinas de...

  • ¡Muchachos...!
    A la quinta Recaeta,
    cada cual con su cometa.
    Ay, que la mía no sube.
    Ay, que sube
    Sube, sube, mi cometa
    y no el viento
    sino mi corazón
    le presta el movimiento.

    ¡Muchachos...!
    Ya no hay quinta Recaeta.
    Y sin embargo... Cada uno
    de nosotros, tenemos una cometa.

    Más allá de los rascacielos
    por...

  • En medio de los frascos, de las telas recamadas
    Y de los muebles voluptuosos,
    Mármoles, cuadros, ropas perfumadas
    Se arrastran en pliegues suntuosos,

    En una alcoba tibia donde, como en un invernáculo,
    El aire es peligroso y fatal,
    Donde los ramilletes moribundos en sus féretros de vidrio
    Exhalan su suspiro final,

    Un cadáver sin cabeza derrama,...