Un motivo de nuestra infancia

¡Muchachos...! A la quinta Recaeta, cada cual con su cometa. Ay, que la mía no sube. Ay, que sube Sube, sube, mi cometa y no el viento sino mi corazón le presta el movimiento. ¡Muchachos...! Ya no hay quinta Recaeta. Y sin embargo... Cada uno de nosotros, tenemos una cometa. Más allá de los rascacielos por arriba de los palacios está el viento. ¡Amigos! ¡El viento...! Yo tengo veinte cometas. Subid vosotros las vuestras. ¡Arriba! ¡Al viento! Tenso el hilo y un nudo de amor en el corazón, para pulsar el viento. ¡Amigos! ¡El viento...!

Collection: 
1926

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  • Sobre oscura losa,
    ojos sin nada
    y de cara al cielo.
    Con un puñal de hielo
    ardiendo en sus entrañas.
    Arriba, el mundo entero.
    El abajo,
    apretado de angustias.
    Sin lágrimas, sin pañuelo,
    ojos sin nada
    y de cara al cielo.

    ¿Quien...

  • Ya cantaban los gallos.
    Ya sonaban las campanas
    y él buscábase la frente
    hada la madrugada.
    Sobre calles y suburbios,
    sobre la ciudad toda,
    en un coro de gallos
    levantado y triste,
    él, desasido,
    se buscaba la frente
    hacia la madrugada...

  • A esa hora de la madrugada,
    hora en que los enfermos mueren,
    en que los cristales se enfrían,
    en que Dios nos olvida,
    a esa hora la ví.
    Una lenta lava triste, caminaba su cara.
    Mano de hueso, pie de sombra oscura,
    la boca manándole negruras,
    junto...

  • Brotando lenta, apacible y lenta,
    nacida de las cosas, como un milagro sin prisa
    la noche se estaba ahí, puesta.

    Era un milagro la noche, y era blanca.
    Las cosas todas eran blancas
    y blancas eras las casas de los hombres.

    Cerca, el mar estaba ausente.
    ...

  • ¡Muchachos...! A la quinta Recaeta, cada cual con su cometa. Ay, que la mía no sube. Ay, que sube Sube, sube, mi cometa y no el viento sino mi corazón le presta el movimiento. ¡Muchachos...! Ya no hay quinta Recaeta. Y sin embargo... Cada uno de nosotros, tenemos una cometa. Más allá de los...