•  Con la vista clavada sobre la copa
    se halla abstraído el padre desde hace rato:
    pocos momentos hace rechazó el plato
    del cual apenas quiso probar la sopa.

     De tiempo en tiempo, casi furtivamente,
    llega en silencio alguna que otra mirada
    hasta la...

  • Un gacetillero filántropo me dice que la soledad es mala para el hombre; y en apoyo de su tesis cita, como todos los incrédulos, palabras de los padres de la Iglesia.

    Sé que el Demonio frecuenta gustoso los lugares áridos, y que el espíritu del asesinato y de la lubricidad se inflama maravillosamente en las soledades. Pero sería posible que esta soledad sólo fuese peligrosa para el alma...

  • Único asilo en mis eternos males,
    Augusta soledad, aquí en tu seno,
    Lejos del hombre y su importuna vista,
    Déjame libre suspirar al menos:
    Aquí, a la sombra de tu horror sublime,
    Daré al aire mis lúgubres lamentos,
    sin que mi duelo y mi penar insulten
    Con sacrílega risa los perversos,
    Ni la falsa piedad tienda su mano,
    Mi llanto enjuque y...

  • La sombra amenazaba ya con su fatal ley
    a un viejo Afán que mis vértebras ha deshecho;
    triste por perecer bajo el fúnebre techo
    sus alas posó en mí. ¡Ay, sala de carey
     
    y de ébano, capaz de sobornar a un rey,
    la Muerte las guirnaldas de gloria ha contrahecho
    y es mentira tu orgullo para el que satisfecho
    de fe, vive alejado de la equívoca grey!...

  • Diciembre de 1919
    (Madrid)

    La sombra de mi alma
    Huye por un ocaso de alfabetos,
    Niebla de libros
    Y palabras.

    ¡La sombra de mi alma!

    He llegado a la línea donde cesa
    La nostalgia,
    Y la gota de llanto se trasforma,
    Alabastro de espíritu.

    (¡La sombra de...

  • Y pregunté a la mágica sibila:
    —¿Un constante recuerdo, un vago aroma
    de sueño extinto, de ternura muerta,
    como la suave estela de un perfume,
    quedará de mi paso por la vida,
    entre los hombres?...

    Y la Maga dijo:
    —Algo menos: la sombra de una lágrima.

    Pues que me siento efímero...
    Pues que me siento efímero y fugaz, comparable
    a la...

  • Tú que piensas que no creo
    cuando argüímos los dos,
    no imaginas mi deseo,
    mi sed, mi hambre de Dios;

    ni has escuchado mi grito
    desesperante, que puebla
    la entraña de la tiniebla
    invocando al Infinito;

    ni ves a mi pensamiento,
    que empañado en producir
    ideal, suele sufrir
    torturas de alumbramiento.

    Si mi...

  • Gemían los rebaños. Los caminos
    llenábanse de lúgubres cortejos;
    una congoja de holocaustos viejos
    ahogaba los silencios campesinos.

    Bajo el misterio de los velos finos,
    evocabas los símbolos perplejos,
    hierática, perdiéndote a lo lejos
    con tus húmedos ojos mortecinos.

    Mientras unidos por un mal hermano
    me hablaban con suprema...

  • Esa sonrisa hermosa
    que entre tus labios juega
    como el ligero soplo
    del aura en la flor bella,
    aquí, en el alma causa
    una impresión secreta,
    que a comprender no alcanza
    mi pobre inteligencia.
    Me burlan mis amigos,
    y Clori la discreta
    con sus malignos ojos
    también me burla, Iselia,
    si mústio, pensativo,
    absorto en mis...

  • Mi amada locuela me invitaba a comer, y por la ventana abierta del comedor iba yo contemplando las movedizas arquitecturas que Dios hace con los vapores, las construcciones maravillosas de lo impalpable. Y me decía, a través de mi contemplación: «Todas esas fantasmagorías son casi tan bellas como los ojos de mi hermosa amada, la locuela monstruosa de ojos verdes.»

    De pronto, sentí una...