• Calmó el piélago undoso, como el hervor desmaya
     De agua que el fuego enciende, si el fuego se enfrió;
    El onda, aun humeante, desanegó la playa,
     Y á dormir en su lecho la mar se recogió.

    Y de una nube en otra rodando el astro augusto,
    ...

  • Un zagalón del campo,

    de estos de «Acá me zampo»,

    con un fraile panzón se confesaba,

    que anteojos gastaba

    porque, según decía,

    de cortedad de vista padecía.

    Llegó el zagal al sexto mandamiento,

    donde tropieza todo entendimiento,

    y dijo: -Padre, yo a mujer ninguna

    jamás puse a parir, pues mi fortuna

    hace que me divierta...

  • EL ORO

          POESÍA QUÍMICA

    ¿Quién hay entre los mortales
    que pueda desconocer
    la grandeza y el poder
    del gran rey de los metales?

    Rey a quien rinde tributo
    la mísera humanidad,
    porque este rey, en verdad,
    es todo un rey...

  • (imitación de Longfellow)

    Surgió del hondo mar adormecido
        un viento vagabundo,
    diciendo a las tinieblas : ¡Recogeos,
        que ya despierta el mundo!

    Pasó sobre los buques que veleros
        rompen la onda sonora
    gritándoles: ¡arriba, marineros,
        que ya viene la aurora!

    Se internó por la selva obscura y fría
        poblada de...

  • ¿OYES silbar el viento proceloso
    Entre los secos troncos, y en las peñas
    No ves cual troza las marchitas breñas?
    ¿No miras en los tristes arenales
    Las pardas espirales
    Del fugaz remolino vagaroso?
    Mira el bosque desnudo
    De sus pomposas galas:
    Oye cual lanza su graznido rudo
    El cuervo que se aleja
    Hendiendo el aire con sus negras alas...

  • Una tarde de paz en el estío
    en que al sopor del caluroso ambiente
    se mezclaba lo fresco del rocío.

    Hora en que el sol su brillantez perdía,
    cubierto allá por las doradas nubes
    donde hermosas sus luces escondía.

    Sembrada de azucenas y verdura
    selva en verdad de dilatado espacio,
    convidaba al reposo y la tristura;

    y en la...

  • De las sierras él, de la sierra los pájaros,
    la jaula de varillas y la lejanía
    del canto que se alarga en la calle:
    "Vendo pájaros.., pájaros...
    Cardenales azules, cardenales rojos...
    Calandrias de los talas,
    jilgueros de las cinas cinas.
    Yo mismo los cazo
    ¡Tengo toda la piel historiada de espinas!

    Por la calle,
    traza, voz y pájaros...

  • Más acá, más acá. Yo estoy muy bien.
    Llueve; y hace una cruel limitación.
    Avanza, avanza el pie.

    Hasta qué hora no suben las cortinas
    esas manos que fingen un zarzal?
    Ves? Los otros, qué cómodos, qué efigies.
    Más acá, más acá!

    Llueve. Y hoy pasará otra nave
    cargada de crespón;
    será como un pezón negro y deforme
    arrancado a la...