• Llueve sobre mi casa.
    Sobre la ciudad toda.
    Llueve sobre los campos.

    ¿Qué será de aquel rancho?
    Pasé en ferrocarril,
    y me hubiese quedado.
    El hombre sentado,
    y mirando hacia el cielo,
    tomaba mate.
    La mujer espantaba unas gallinas.
    ¿De qué color sería su delantal?...
    No lo recuerdo.

    Llueve sobre los campos.
    Llueve...

  • Nubes sobre el surtidor del verano
    De noche
    Todas las torres de Europa se hablan en secreto
    De pronto un ojo se abre
    El cuerno de la luna grita

    Halalí Halalí

    Las torres son clarines colgados

    AGOSTO DE 1914

    Es la vendimia de las fronteras

    Tras el horizonte algo ocurre
    En la horca de la aurora son colgadas todas las ciudades
    ...

  • Me moriré en París con aguacero,
    un día del cual tengo ya el recuerdo.
    Me moriré en París -y no me corro-
    talvez un jueves, como es hoy de otoño.

    Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
    estos versos, los húmeros me he puesto
    a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
    con todo...

  • Sentado sobre los muertos
    que se han callado en dos meses,
    beso zapatos vacíos
    y empuño rabiosamente
    la mano del corazón
    y el alma que lo mantiene.

    Que mi voz suba a los montes
    y baje a la tierra y truene,
    eso pide mi garganta
    desde ahora y desde siempre.

    Acércate a mi clamor,
    pueblo de mi misma leche,
    árbol que con tus...

  • Hoy subo veinte cometas.
    ¡Sobre los muros
    veinte cometas!

    ............................

    Debajo de un muro triste
    estaba mi corazón.
    Como un avaro oculto contando su dinero,
    estaba mi corazón.
    ¿Como un avaro o como un prisionero?
    Ah...

    ¡Júbilo marinero!
    no más muro carcelero
    ni corazón prisionero.
    Ya sobre los...

  • Ya sobre los hastíos de tus meditaciones,
    como en fugas radiantes escucharás canciones
    de músicas heráldicas, de las músicas locas
    que enardecen las ansias y enrojecen las bocas

    en besos fecundantes, cual rocíos de mieles
    que hasta en el yermo hicieron florecer los laureles.
    Yo, a tu rostro moreno consagraré violetas,
    las nerviosas amadas tristes de...