• En el Buceo, de noche,
    se asoman al mar los muertos
    El que no trisque confianza
    que encienda una luna. Es cierto.
    Y si los muertos se asoman,
    de noche, al mar comunero,
    es porque tañen aldaba
    modistas y zapateros.

    Son las deudas planetarias:
    los deudos, ¿por qué pusieron
    al difunto ropa nueva,
    zapatos y traje negro?

    ...

  • Hay en el gris de este lluvioso día
    cierta fiel consonancia con la pena
    que en la tristeza de mi faz morena
    insinúa parcial melancolía.

    Ni un transeúnte; ni un pájaro en la vía;
    ni un cascabel; ni una bocina suena;
    el antiguo reclamo de la cena
    rasgará la letal monotonía.

    Como diablillo de un gredoso muro,
    sobre la esfera de un reloj...

  • Dulce conformidad de la treintena...
    Rostro aniñado y bello, y un silbido
    rondador por las calles siempre solas.
    Tan poca cosa, y ¡qué feliz, Dios mío!

    De gorra humilde; mujeriego siempre.
    Todo desgalichado, misterioso.
    Peleador sin rival. Trompo en la danza.
    Danza a la moda con el vals del cosmos.

    La vecindad augusta no le arredra
    de la...

  • Como un noble filósofo, mi "viejo",
    en la quietud de la paterna casa,
    "Los Subterráneos de París" repasa,
    frunciendo a cada paso el entrecejo.

    Mi buena madre, con feliz gracejo,
    me proclama juicioso. Por la gasa
    del cielo silenciosamente pasa
    con tardo andar el nocturnal cortejo.

    Comentan las julietas a porfía
    los infaltables éxitos del...

  • Mediodía: el amor, el vino, el humo,
    con las flores rosadas del sendero...
    la hora y las dudas que execró Unamuno
    con recia prosa cual un buen tendero.
    El verso fluye cada treinta días
    cuando lo impone Amor, malignamente.
    (Es fama que los bardos se han jugado
    por una dama sus mejores predios).
    Así, este peregrino,
    en un alto prudente del...

  • El zaguán y dos ventanas
    abren tres franjas de luz
    con las que pudiera hacerse
    triste, deleznable cruz.

    Este velorio en el pueblo
    es el último bastión
    de vida. A un paso del alba,
    lejos, suena una canción.

    Las calles muertas de miedo.
    Dan las 2 y viene a ser
    con su luces el velorio
    faro en el amanecer
    de antaño pueblo...

  • Montado en una constelación,
    así, pareces el antropoide
    cabe un pingo de mar.
    No un jinete
    sino el camalote
    que enciende la farola de una flor
    sobre el aceite móvil.

    Poeta: el soneto
    es un féretro.
    El olor del muerto
    anda en torno nuestro,
    contagioso, infecto.

    Yo pagaré el entierro
    y hasta cien gimoteros,
    ...