• Un día tuve el mar
    sobre mi corazón.
    Como una lengua fría,
    el mar
    sobre mi corazón.
    Y estaba lejos de ti, madre mía.
    Y tú lejos de mí,
    navegando en un viento sin banderas.
    No había raíces que esperan
    debajo de la tierra.
    Ni árboles había sobre la tierra.
    Y el mar lamía mi corazón,
    como una lengua fría.

    ¡Ah! Sólo mis...

  • Tras la luz con que alumbra
    esta sangre de hoy,
    está la luz que alumbrará mañana.

    Amigo, si tú eres bueno
    lo serás mañana.
    Si tú eres dulce
    lo serás mañana.

  • I

    ¿Era aquel un hombre?
    Me acerqué y le dije:
    ¿Ha visto que tiene usted
    la cara de papel?
    Me miró con odio,
    pero alzó una mano; allí.

    ¡Ah! Oí crujir su rostro,
    quebrársele la nariz
    y rodar sus ojos por el suelo.

    Quedó detrás del mostrador;
    espantoso!
    Yo me fui,
    triste.

    II

    El hombre me...

  • Ya por el aire navega tu memoria
    y todo viene a mí como fue entonces.
    Oh! sueño, ensueño, tiempo y tiempo
    para siempre y siempre detenido.

    Monstruosamente múltiple
    se alza
    se alzaba el mar sobre los malecones
    mordiendo los costados de la tierra.
    Y tú tuviste miedo, frío, amor tuviste.
    Y amor hubo, miedo, amor, en nuestros corazones.

    ...
  • ¡Muchachos...!
    A la quinta Recaeta,
    cada cual con su cometa.
    Ay, que la mía no sube.
    Ay, que sube
    Sube, sube, mi cometa
    y no el viento
    sino mi corazón
    le presta el movimiento.

    ¡Muchachos...!
    Ya no hay quinta Recaeta.
    Y sin embargo... Cada uno
    de nosotros, tenemos una cometa.

    Más allá de los rascacielos
    por...

  • Brotando lenta, apacible y lenta,
    nacida de las cosas, como un milagro sin prisa
    la noche se estaba ahí, puesta.

    Era un milagro la noche, y era blanca.
    Las cosas todas eran blancas
    y blancas eras las casas de los hombres.

    Cerca, el mar estaba ausente.
    Y por las calles de Malvín
    los amigos cantaban:
    –"El ejército del pueblo
    una tarde...

  • A esa hora de la madrugada,
    hora en que los enfermos mueren,
    en que los cristales se enfrían,
    en que Dios nos olvida,
    a esa hora la ví.
    Una lenta lava triste, caminaba su cara.
    Mano de hueso, pie de sombra oscura,
    la boca manándole negruras,
    junto a mi cama estaba.

  • Ya cantaban los gallos.
    Ya sonaban las campanas
    y él buscábase la frente
    hada la madrugada.
    Sobre calles y suburbios,
    sobre la ciudad toda,
    en un coro de gallos
    levantado y triste,
    él, desasido,
    se buscaba la frente
    hacia la madrugada.

    Y ya en el día
    pudo decir alegre el renacido:
    Oh tierra. Oh nave solitaria,...

  • Sobre oscura losa,
    ojos sin nada
    y de cara al cielo.
    Con un puñal de hielo
    ardiendo en sus entrañas.
    Arriba, el mundo entero.
    El abajo,
    apretado de angustias.
    Sin lágrimas, sin pañuelo,
    ojos sin nada
    y de cara al cielo.

    ¿Quien echó tierra en sus ojos
    y metió en su garganta
    una víbora de miedos?
    Se levantó de...