• Porque se está solo ahí,
    porque en la locura y la muerte
    se está solo,
    porque hay un ojo fijo,
    incambiado, que acecha sin sentido,
    yo quiero ahora abrazaros,
    y siquiera no más,
    hablar de cómo cambia el cielo.

  • Es de noche y la ciudad dormida,
    duerme.
    Y el mar espera.
    Y la noche espera.
    Y en el cielo una sola estrella
    sola espera.
    Zumba de pronto un tranvía.
    Zumba que zumba en la vía.
    Sube la cuesta de una calle
    se balancea, zumba, cabecea
    y cae
    y sube
    ya fuera de la vía, sube
    un tranvía....

  • Es muy triste estar solo,
    oir cómo se queja obstinadamente el viento
    y remontar los tiempos.

    Pero no puedo,
    solo, yo, no puedo.
    Venid vosotros,
    Luis, Alberto, Mario,
    venid a detener los días,
    y entre los días, sólo aquella tarde.

    Porque ya no olvido,
    ni he de olvidar tampoco,
    la tarde en que por una calle apareciste.
    ...

  • Muchachas, muchachos,
    a la rueda rueda
    que en mi pecho tengo
    toda la música de la tarde
    y una alegría azul, que tiñe mis pupilas.

    Muchachas, muchachos,
    a la rueda rueda.
    Que vuestra sea la calle
    y toda la vereda.

    Niña mía, si estás triste
    te bajaré una estrella
    y a la rueda rueda
    tú jugarás con ella.

    Muchachas,...

  • Aquí en Montevideo,
    albas madrugadas del mundo
    soñó mi corazón, ¡pobre andarín nocturno!
    Muchachas de los puertos,
    marineros borrachos, desde aquí
    cáliz fué mi pecho de vuestro vino amargo.
    Hermanos tristes,
    yo he visto la Luna hacernos muecas
    mientras la última estrella de la noche
    azul y lejana se perdía...

    Noche negra.
    Como...

  • Aquellos árboles
    hacia el poniente
    en fila navegando
    y una voz de mujer, de tarde desmayada,
    una voz que me llama,
    están llamando.

    Un cerco de cinacinas,
    una paloma muerta en el camino
    y una risa que ría,
    están llorando.

    Oh paisaje viajero,
    hacia el poniente huyendo,
    me navegas la sangre
    que te he dado.

  • Allí golpea lejos sobre el mar la lluvia.
    Desde siempre y siempre.
    Desde quién sabe qué oscuro designio,
    allí golpea y golpea la lluvia sobre el mar.

    Oh! inmemorial paisaje.
    Monstruo paciente y solitario,
    mar amargo, agua última
    donde un hombre y su miedo
    huyen, beben y vuelven
    en secreto y solos.

    Cuando de allí se vuelve
    nada...

  • Sola, pobre y sin descanso.
    Huyendo, corriendo, y de sí misma huyendo.
    Dale un árbol.
    La sombra de un árbol;
    algo que cubra su pequeña,
    dura vida, sin descanso.

  • Pienso si habrá muerto.
    Con sus manos de tiza
    definitivamente y en las faldas,
    hablaba de amor.
    Y una lenta caravana
    de mariposas negras,
    le agujereaba la boca.

    Como alguien sonrió indulgente
    y como ella riera,
    recuerdo ahora,
    cómo la pobre
    debió llorar, lejana.

  • Hoy subo veinte cometas.
    ¡Sobre los muros
    veinte cometas!

    ............................

    Debajo de un muro triste
    estaba mi corazón.
    Como un avaro oculto contando su dinero,
    estaba mi corazón.
    ¿Como un avaro o como un prisionero?
    Ah...

    ¡Júbilo marinero!
    no más muro carcelero
    ni corazón prisionero.
    Ya sobre los...