• Mi corazón leal, se amerita en la sombra.
    Yo lo sacara al día, como lengua de fuego
    que se saca de un ínfimo purgatorio a la luz;
    y al oírlo batir su cárcel, yo me anego
    y me hundo en ternura remordida de un padre
    que siente, entre sus brazos, latir un hijo ciego.

    Mi corazón, leal, se amerita en la sombra.
    Placer, amor, dolor... todo le es ultraje...

  • A Jesús Villalpando

    Mi madrina invitaba a mi prima Águeda
    a que pasara el día con nosotros,
    y mi prima llegaba
    con un contradictorio
    prestigio de almidón y de temible
    luto ceremonioso.

    Águeda aparecía, resonante
    de almidón, y sus ojos
    verdes y sus mejillas rubicundas
    me protegían contra el pavoroso
    luto...

    Yo...

  • Si yo jamás hubiera salido de mi villa,
    con una santa esposa tendría refrigerio
    de conocer el mundo por un solo hemisferio.

    Tendría, entre corceles y aperos de labranza
    a Ella, como octava bienaventuranza.

    Quizá tuviera dos hijos, y los tendría
    Sin un remordimiento ni una cobardía.
    Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,
    el niño iría...

  • Noble señora de provincia: unidos
    en el viejo balcón que ve al poniente,
    hablamos tristemente, largamente,
    de dichas muertas y de tiempos idos.

    De los rústicos tiestos florecidos
    desprendo rosas para ornar tu frente,
    y hay en los fresnos del jardín de enfrente
    un escándalo de aves en los nidos.

    El crepúsculo cae soñoliento,
    y si con tus...

  • Yo tuve, en tierra adentro, una novia muy pobre:
    ojos inusitados de sulfato de cobre.
    Llamábase María; vivía en un suburbio,
    y no hubo entre nosotros ni sombra de disturbio.
    Acabamos de golpe: su domicilio estaba
    contiguo a la estación de los ferrocarriles,
    y ¿qué noviazgo puede ser duradero
    entre campanadas centrífugas y silbatos febriles?

    El...

  • Se distraen las penas en los cuartos de hoteles
    con el heterogéneo concurso divertido
    de yanquis, sacerdotes, quincalleros infieles,
    niñas recién casadas y mozas del partido.

    Media luz... copia al huésped la desconchada luna
    en su azogue sin brillo; y flota en calendarios,
    en cortinas polvosas y catres mercenarios
    la nómada tristeza de viajes sin...

  • ¿Dónde estará la niña
    que en aquel lugarejo
    una noche de baile
    me habló de sus deseos
    de viajar, y me dijo
    su tedio?

    Gemía el vals por ella,
    y ella era un boceto
    lánguido: unos pendientes
    de ámbar, y un jardín
    en el pelo.

    Gemían los violines
    en el torpe quinteto...
    E ignoraba la niña
    que al quejarse de tedio...

  • Fuensanta: las finezas del Amado
    las finezas más finas,
    han de ser par ti menguada cosa,
    porque el honor a ti, resulta honrado.

    La corona de espinas,
    llevándola por ti, es suave rosa
    que perfuma la frente del Amado.

    El madero pesado
    en que me crucifico por tu amor,
    no pesa más, Fuensanta,
    que el arbusto en que canta
    tu amigo...

  • He vuelto a media noche a mi casa, y un canto
    como vena de agua que solloza, me acoge...
    Es el músico célibe, es el solista dócil
    y experto, es el zenzontle que mece los cansancios
    seniles y la incauta ilusión con que sueñan
    las damitas... No cabe duda que el prisionero
    sabe cantar. Su lengua es como aquellas otras
    que el candor de los clásicos...

  • Doy a los cuatro vientos los loores
    de tus dedos de clásica finura
    que preparan el pan sin levadura
    para el banquete de nuestros amores.

    Saben de las domésticas labores
    lucen en el mantel su compostura
    y apartan, de la verde, la madura
    producción de los meses frutidores.

    Para gloria de Dios en homenaje
    a tu excelencia, mi soneto adorna...