•  Accede, te lo ruego así. Dejemos
    — mientras se enfría el té que has preparado
    de leer el capítulo empezado:
    amada, cierra el libro y escuchemos...

     Y calla, por favor... Guarda tus finas
    burlas: ten la vergüenza, no imposible,
    de que tu dulce voz...

  • -¿Quieres? ¿Vamos a divertirnos?

    Accedió y fueron al café.

    Gente, ruido, baile y música. Música para trasnochadores; música de hotel internacional o de «boite», que era lo que buscaban.

    Parado en una silla, sobre una mesa, peroraba el poeta ebrio, con ojos de amplia pupila, vaga, de cocaína o ajenjo.

    -«Ritmos pseudo-alegres de desenvolvimiento fatal. Cosas...