• ¿Por qué, el aire surcando,
    dilatándose del bronce los sonidos;
    y sin cesar vibrando
    llegan a mis oídos
    profundos y tristísimos gemidos?

    ¿Por qué de muerte el canto
    en torno de ese féretro resuena?
    ¿Por qué el fúnebre llanto?
    ¿Por qué la amarga pena,
    los cirios, y el clamor que el aire llena?

    Te miro ante mis ojos
    postrado sin...

  • ¡Jehovah! Jehovah, tu cólera me agobia!
    ¿Por qué la copa del martirio llenas?
    Cansado está mi corazón de penas.
    Basta, basta, Señor.
    Hierve incendiada por el sol de Cuba
    Mi sangre toda y de cansancio expiro,
    Busco la noche, y en el lecho aspiro
    Fuego devorador.

    ¡A, la fatiga me adormece en vano!
    Hondo sopor de mi alma se apodera
    ¡y...

  • - I -
    Al principiar la noche silenciosa
    es más grata la estrella misteriosa
    de risueño fulgor,
    que si riela en transparente río
    la taciturna reina del vacío
    en todo su esplendor.

    Es más bella la fuente clara y pura
    que en delicioso prado con blandura
    deslizándose va,
    que el torrente veloz que se abalanza
    y en un abismo da...

  • I
    Tras negros nubarrones asomaba
    Pálido rayo de luciente luna
    Tenuemente blanqueando los peñascos
    Que de Chapultepec la falda visten.
    Cenicientos a trechos, amarillos,
    O cubiertos de musgo verdinegro
    A trechos se miraban, y la vista
    De los lugares de profundas sombras
    Con terror y respeto se apartaba.
    Los corpulentos árboles...

  • - I -
    Hubo un tiempo en que atónito miraba
    a una joven, que ardiente idolatraba,
    modelo de beldad.

    "Te adoro, te idolatro", me decía;
    y en su pálida frente relucía
    pudor, virginidad.

    Y brillaban mis ojos de contento.-
    Era su hálito puro mi alimento,
    mi concierto su voz;
    ero su rostro, su mirar mi encanto;
    era su triste y...