• Puede una gota de lodo
    sobre un diamante caer;
    puede también de este modo
    su fulgor oscurecer;

    pero aunque el diamante todo
    se encuentre de fango lleno,
    el valor que lo hace bueno
    no perderá ni un instante,

    y ha de ser siempre diamante
    por más que lo manche el cieno.

  • Este vetusto monasterio ha visto,
    secos de orar y pálidos de ayuno,
    con el brevario y con el Santo Cristo,
    a los callados hijos de San Bruno.

    A los que en su existencia solitaria,
    con la locura de la cruz y el vuelo
    místicamente azul de la plegaria,
    fueron a Dios en busca de consuelo.

    Mortificaron con las disciplinas
    y los cilicios la...

  • ALBERTO, en el propíleo del tiempo soberano
    Donde Renan rezaba, Verlaine cantado hubiera.
    Primavera una rosa de amor tiene en la mano
    Y cerca de la joven y dulce Primavera

     Término su sonrisa...

  • Mis ojos miraban en hora de ensueños
    la página blanca.

     Y vino el desfile de ensueños y sombras.
    Y fueron mujeres de rostros de estatua,
    Mujeres de rostros de estatuas de mármol,
    ¡Tan tristes, tan dulces, tan suaves, tan pálidas!

    ...

  • La espiga.

    MIRA el signo, sutil que los dedos del viento

    Hacen al agitar el tallo que se inclina
    Y se alza en una rítmica virtud de movimiento.
    Con el áureo pincel de la flor de la harina

    Trazan sobre...

  • De las eternas musas el reino soberano
    Recorres, bajo un soplo de vasta inspiración,
    Como un rajá soberbio en su elefante indiano
    Por sus dominios pasa de rudo viento al son.

    Tú tienes en tu canto como ecos de Oceano;
    Se ven en tu poesía la selva y el león;
    Salvaje luz irradia la lira que en tu mano
    Derrama su sonora, robusta vibración.

    Tú el...

  • A Navarro Ledesma

    Rey de los hidalgos, señor de los tristes,
    que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
    coronado de áureo yelmo de ilusión;
    que nadie ha podido vencer todavía,
    por la adarga al brazo, toda fantasía,
    y la lanza en ristre, toda corazón.

    Noble peregrino de los peregrinos,
    que santificaste todos los caminos
    ...

  • Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
    y más la piedra dura porque esa ya no siente,
    pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
    ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

    Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
    y el temor de haber sido y un futuro terror...
    Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
    y sufrir por la vida y por la...

  • A Juan Ramón Jiménez

    ¿Qué signo haces, oh Cisne, con tu encorvado cuello
    al paso de los tristes y errantes soñadores?
    ¿Por qué tan silencioso de ser blanco y ser bello,
    tiránico a las aguas e impasible a las flores?

    Yo te saludo ahora como en versos latinos
    te saludara...

  • El varón que tiene corazón de lis,
    alma de querube, lengua celestial,
    el mínimo y dulce Francisco de Asís,
    está con un rudo y torvo animal,
    bestia temerosa, de sangre y de robo,
    las fauces de furia, los ojos de mal:
    ¡el lobo de Gubbia, el terrible lobo!
    Rabioso, ha asolado los alrededores;
    cruel, ha deshecho todos los rebaños;
    ...