Lo fatal

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber a dónde vamos,
ni de dónde venimos!...

Collection: 
1887

More from Poet

  • A José Enrique Rodó

    I

    Yo soy aquel que ayer no más decía
    el verso azul y la canción profana,
    en cuya noche un ruiseñor había
    que era alondra de luz por la mañana.

    El dueño fui de mi jardín de sueño,
    lleno de rosas y de cisnes vagos;
    el dueño de...

  • Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo,
    botón de pensamiento que busca ser la rosa;
    se anuncia con un beso que en mis labios se posa
    al abrazo imposible de la Venus de Milo.

    Adornan verdes palmas el blanco peristilo;
    los astros me han predicho la visión de...

  • En su país de hierro vive el gran viejo,
    Bello como un patriarca, sereno y santo.
    Tiene en la arruga olímpica de su entrecejo
    Algo que impera y vence con noble encanto.

    Su alma del infinito parece espejo;
    Son sus cansados hombros dignos del manto;
    Y con arpa...

  • ¡Torres de Dios! ¡Poetas!
    ¡Pararrayos celestes,
    que resistís las duras tempestades,
    como crestas escuetas,
    como picos agrestes,
    rompeolas de las eternidades!

    La mágica esperanza anuncia el día
    en que sobre la roca de armonía
    expirará la pérfida...

  • Es la tarde gris y triste.
    Viste el mar de terciopelo
    y el cielo profundo viste
    de duelo.

    Del abismo se levanta
    la queja amarga y sonora.
    La onda, cuando el viento canta
    llora.

    Los violines de la bruma
    saludan al sol que muere.
    ...