• No ya, no ya, cual las aciagas veces
    en que hermanos armaste contra hermanos,
    las almas afligidas estremeces
    de los buenos peruanos.
    De Sur a Norte, de Ocaso al Este,
    armado se levanta el Perú entero,
    como una sola e impaciente hueste,
    como un solo guerrero.
    Que no eres hoy el execrable horrendo
    monstruo maldito cuyo nombre espanta:
    ...

  • ¡Y tu pureza sufres que corrompa
    y empañe tu beldad frase extranjera,
    y te arrebate tu nativa pompa,
    Oh reina de las lenguas altanera!
    Más resonante que guerrera trompa,
    más manejable que la blanda cera,
    más dulce que la miel y la ambrosía,
    brillante como sol de mediodía!
    A abuela y madre los laureles niegas,
    pues con las prendas de las dos...

  • Duerme el anchuroso suelo;
    mas con tristeza importuna
    yo solo gimiendo velo;
    y tú, solitaria luna,
    velas también en el cielo.
    Y me parece que, en tanto
    que los ojos fijo en ti,
    tú me miras desde allí,
    y al ver mi copioso llanto,
    te compadeces de mí.

    (1858)

  • Ya acaba el tercer año su carrera,
    idolatrado amigo,
    desde que en extranjera
    tumba te sepultó la adversa suerte;
    y aún puedes desde el cielo ser testigo
    de que en lo hondo de mi alma persevera
    el dolor de tu muerte.
    Radiante de alegría,
    y bella nuncia de más bello día,
    se avecinaba la feliz aurora
    en que, tras los pesares
    de...

  • ¿Cundo será que los cielos
    a ti piadosos me junten,
    mitad ausente del alma,
    beldad misteriosa y dulce?
    Tú que tan bella y perfecta
    concibe mi ardiente numen,
    sin que una sombra ligera
    tantas bellezas nuble.
    ¿Quién me dirá donde moras,
    qué extraña región te encubre,
    qué isla de aquellas que cantan
    los poéticos laudes?
    Quizá...

  • Noble arte a quien la palma
    otro arte en vano disputar procura,
    por ti se engolfa mi alma
    en un piélago inmenso de dulzura,
    de donde no volviera
    jamás a la tristísima ribera;
    mas antes, continuando
    su viaje venturoso en presto vuelo
    por piélago tan blando,
    al fin llegara del distante cielo
    a tranquila ensenada,
    y en ella hiciera...

  • ¡Salve, oh La Rosa! ¡salve oh Taramona!
    ¡Pareja heroica que alentaba una alma,
    a quien dio la Amistad su noble palma,
    y dio la Gloria su inmortal corona!
    De sublime amistad nunca igualada
    os enlazaba tan estrecho nudo,
    que ni cortarlo de la Muerte pudo
    la inexorable, apartadora espada.
    Juntos ceñisteis el acero fuerte,
    juntos entrabais en...

  • Virgen celeste, ¿cuándo
    será que, mitigando
    tan severos enojos,
    vuelvas a mí los compasivos ojos?
    Ya siete veces el Abril rïente
    de verdes hojas coronó las plantas
    y de pintadas flores, y otras tantas
    cubrió de nieve el suelo tristemente
    el frío primogénito del año,
    y aún gimo y lucho con el mal extraño
    que mi cuitada juventud devora...

  • Bien parece que, al crearte,
    no te dio la suma diestra
    tan celestial hermosura
    y gracia tan halagüeña,
    sino por negarte dichas
    y alegres horas serenas,
    de éstas así descontando
    lo que prodigó en aquéllas:
    pero, ¿cuándo, dime, cuándo
    no fue infeliz la belleza?
    ¿Cuándo no fueron las gracias
    blanco de la suerte adversa?
    Tu...

  • Tu dulce voz, oh Justa, me convida
    a levantar los ojos de la mente
    a la segunda perdurable vida,
    aspirando a ese gozo permanente
    que no cansa jamás, ni mezcla alguna
    se dolor o de mal en sí consiente.
    ¡Ay! desde que la pérfida fortuna
    en flor cortó las ilusiones mías,
    y la experiencia me dejó importuna;
    desde que vivo tan amargos días,...