• Sencilla y grata vida de la aldea
    levantarse al nacer de la mañana
    cuando su luz en la extensión clarea
    y se quiebra en la cúpula lejana,
    vagar a la ventura en el boscaje...
    Espiar en los recodos del camino
    el momento en que el ave enamorada
    oculta en el follaje
    sus esperanzas y sus dichas canta.
    En rústica vasija
    coronada de espuma...

  • Oh dulce niña pálida, que como un montón de oro
    de tu inocencia cándida conservas el tesoro;
    a quien los más audaces, en locos devaneos
    jamás se han acercado con carnales deseos;
    tú, que adivinar dejas inocencias extrañas
    en tus ojos velados por sedosas pestañas,
    y en cuyos dulces labios -abiertos sólo al rezo-
    jamás se habrá posado ni la sombra de un...