Nocturno 1

Oh dulce niña pálida, que como un montón de oro de tu inocencia cándida conservas el tesoro; a quien los más audaces, en locos devaneos jamás se han acercado con carnales deseos; tú, que adivinar dejas inocencias extrañas en tus ojos velados por sedosas pestañas, y en cuyos dulces labios -abiertos sólo al rezo- jamás se habrá posado ni la sombra de un beso... Dime quedo, en secreto, al oído, muy paso, con esa voz que tiene suavidades de raso: si entrevieras en sueños a aquél con quien tú sueñas tras las horas de baile rápidas y risueñas, y sintieras sus labios anidarse en tu boca y recorrer tu cuerpo, y en su lascivia loca besar todos sus pliegues de tibio aroma llenos y las rígidas puntas rosadas de tus senos; si en los locos, ardientes y profundos abrazos agonizar soñaras de placer en sus brazos, por aquel de quien eres todas las alegrías, ¡oh dulce niña pálida!, di, ¿te resistirías?...

Collection: 
1885

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Noble como la cándida adorada del inmortal poeta florentina, corona de la frente inmaculada el dorado cabello que sobre el hombro flota en blondos rizos, perdida en el espacio la mirada como se pierde en su conjunto bello la de aquél que contempla sus hechizos. Hay infinita luz que reverbera en...

Las cosas viejas, tristes, desteñidas, sin voz y sin color, saben secretos de las épocas muertas, de las vidas que ya nadie conserva en la memoria, y a veces a los hombres, cuando inquietos las miran y las palpan, con extrañas voces de agonizante, dicen, paso, casi al oído, alguna rara historia...

Soñaba en ese entonces en forjar un poema, De arte nervioso y nueva obra audaz y suprema, Escogí entre un asunto grotesco y otro trágico Llamé a todos los ritmos con un conjuro mágico Y los ritmos indóciles vinieron acercándose, Juntándose en las sombras, huyéndose y buscándose, Ritmos sonoros,...

Cuando al quererlo la suerte
se mezclan a nuestras vidas,
de la ausencia o de la muerte,
las penas desconocidas,

y, envueltos en el misterio
van, con rapidez que asombra,
amigos al cementerio,
ilusiones a la sombra,

la intensa voz de ternura...

Si en tus recuerdos ves algún día entre la niebla de lo pasado surgir la triste memoria mía medio borrada ya por los años, piensa que fuiste siempre mi anhelo y si el recuerdo de amor tan santo mueve tu pecho; nubla tu cielo, llena de lágrimas tus ojos garzos; ¡ah! ¡no me busques aquí en la...