• Pueblo dormido entre el breñal salvaje,
    tus ansias son mis ansias, pueblo mío;
    si te alegras, también como tu río
    discretamente, así como el frondaje.

    En mi pupila absorta, tu paisaje
    pensativo y senil, tiene el impío
    alarde de cíclope bravío
    Que se resuelve en blanco cortinaje.

    Cortina de picachos gigantescos
    que quisieran llegar a las...

  • La pasión con que te adoro es la espléndida pureza
    de las flores del altar, es el lánguido desmayo
    que domina a los amantes cuando sienten la cabeza
    de la virgen desposada en su pecho descansar;
    la pasión con que te adoro es tan blanca como rayo
    de la luna, que se mira en la vidriera atravesar.

    Son tan puros mis amores cual las ansias ignoradas
    con...

  • ¡Ah mundo! La Negra Juana,
    ¡la mano que le pasó!
    Se le murió su negrito,
    sí señor.

    —Ay, compadrito del alma,
    ¡tan sano que estaba el negro!
    Yo no le acataba el pliegue,
    yo no le acataba el hueso;
    como yo me enflaquecía,
    lo medía con mi cuerpo,
    se me iba poniendo flaco
    como yo me iba poniendo.

    Se me murió mi negrito;...

  • ¡Qué adorable manía de decir
    en mi pobreza y en mi desamparo:
    soy más rico, muy más que un gran visir:
    el corazón que amé se ha vuelto faro!

    Cuando se cansa de probar amor
    mi carne, en torno de la carne viva,
    y cuando me aniquilo de estupor
    al ver el surco que dejó en la arena
    mi sexo, en su perenne rogativa,
    de pronto convertirse al mundo...

  • Ya no puedo dudar... Diste muerte a mi cándida
    niñez, toda olorosa a sacristía, y también
    diste muerte al liviano chacal de mi cartuja.
    Que sea para bien...

    Ya no puedo dudar... Consumaste el prodigio
    de, sin hacerme daño, sustituir mi agua clara
    con un licor de uvas... Y yo bebo
    el licor que tu mano me depara.

    Me revelas la síntesis de mi...

  •  ¿Qué será de ti? ¡Hace tanto
    que te fuiste! Ya ni sé
    cuanto tiempo.
     ¿De nosotros
    te acuerdas alguna vez?
    ¿Verdad que sí? Tu cariño
    de lejos nos seguirá...
    Lejos de nosotros, ¡pobre,
    qué sola te sentirás!
    Si se habla de ti, en...

  • Señor, mi queja es ésta,
    Tú me comprenderás:
    De amor me estoy muriendo,
    Pero no puedo amar.

    Persigo lo perfecto
    En mí y en los demás,
    Persigo lo perfecto
    Para poder amar.

    Me consumo en mi fuego,
    ¡Señor, piedad, piedad!
    De amor me estoy muriendo,
    ¡Pero no puedo amar!

  • Quemá esas cartas donde yo he grabado
    Sólo y enfermo, mi desgracia atroz
    Que nadie sepa que te quise tanto,
    Que nadie sepa solamente Dios.

    Quémalas pronto y que el mundo ignore
    la inmensa pena que sufriendo está
    un hombre joven que mató el engaño
    un hombre bueno que muriendo va.

    Te amaba tanto, que a mi santa madre
    casi la olvido por...

  • Quiero brindarte versos porque te finjo buena,
    con no sé que bondades, y porque eres morena
    como la inspiradora de mis lejanos votos...
    -perspectivas azules de paisajes remotos- .

    Generosa que amparas de los fríos crueles,
    como un fruto viviente de tus sanos vergeles,
    las rosas inviolables que tus labios oprimen.
    ¡Oh las instigadoras del ensueño y del...

  •  Tarde, tarde,
     cae la tarde.
     Larga, larga,
     se aletarga,
     en derrumbe silencioso,
     como mirada en un pozo.
      


    «La Porteña», 1914.