• A Arturo Borja

    Recuerdo que te hallé por mi camino
    como un Verlaine aún adolescente,
    ¡y daba el signo de un fatal destino
    tu alma de estirpe lírica y ardiente!

    Y ambos fraternizamos; que tus rosas
    para todas las almas entreabrías,
    ¡haciéndote en las horas humildosas
    dueño de todas las melancolías...!

    Quién volviera a tus ojos, en...

  • Fuensanta: las finezas del Amado
    las finezas más finas,
    han de ser par ti menguada cosa,
    porque el honor a ti, resulta honrado.

    La corona de espinas,
    llevándola por ti, es suave rosa
    que perfuma la frente del Amado.

    El madero pesado
    en que me crucifico por tu amor,
    no pesa más, Fuensanta,
    que el arbusto en que canta
    tu amigo...

  • Porque haces tu can de la leona
    más fuerte de la Vida, y la aprisiona
    la cadena de rosas de tu brazo.

    Porque tu cuerpo es la raíz, el lazo
    esencial de los troncos discordantes
    del placer y el dolor, plantas gigantes.

    Porque emerge en tu mano bella y fuerte,
    como en broche de míticos diamantes
    el más embriagador lis de la Muerte.

    Porque...

  • Ni sé para quién es esta amargura!
    Oh, Sol, llévala tú que estás muriendo,
    y cuelga, como un Cristo ensangrentado,
    mi bohemio dolor sobre su pecho.
    El valle es de oro amargo;
    y el viaje es triste, es largo.

    Oyes? Regaña una guitarra. Calla!
    Es tu raza, la pobre viejecita
    que al saber que eres huésped y que te...

  • Noche sin luna
    y yo aquí.
    Ni velamen ni vientos,
    ovillado en la noche
    interrogante signo sin frase

    Y este dolor
    sin raigambre en las cosas
    —fantasma sin memoria—
    ¿vino de un mundo donde no hay ojos,
    que velen a la muerte?

    Quiero solamente,
    en bautismos de alegría y de dolor,
    apretarme a la Tierra
    bajo el ala...

  • Infante-Dios: el pálido bardo meditabundo
    canta el advenimiento del divino tesoro,
    y, ante quien da su vida al corazón del mundo,
    ofrenda su plegaria -su mirra, incienso y oro-.

    No por el que celebra la gloria de tu pascua
    entre rubios hervores de cálido champaña,
    ni por el alma frívola, ni por la boca de ascua
    en que el sofisma teje sutil hebra de...

  •  ¿Ahora el otro?... Bueno a ese paso
    se han de contagiar todos, entonces. Vaya
    con la manía! Porque es el caso
    que no trancurre un solo día sin que haya
    sus novedades...
     Nadie ha sabido
    sacarle las palabras... ¡Es ocurrencia:
    servir de burla a...

  • Ir muriendo y cantando. Y bautizar la sombra
    con sangre babilónica de noble gladiador.
    Y rubricar los cuneiformes de la áurea alfombra
    con la pluma del ruiseñor y la tinta azul del dolor.

    ¿La Vida? Hembra proteica. Contemplarla asustada
    escaparse en sus velos, infiel, falsa Judith;
    verla desde la herida, y asirla en la mirada,
    incrustando un capricho...

  • Qué lindo allá en la colina
    el arador y los bueyes.
    Cielo y tierra: el horizonte
    y el arador en el vértice.

    ¿Aras labrador en tierra
    o abres surcos en el cielo?

    Ara labrador en tierra.
    Con reja de luna y bronce.
    Ara labrador en tierra.
    ¡No olvides a tus hermanos!