• ¡Oh vírgenes rebeldes y sumisas:
    convertidme en el fiel reclinatorio
    de vuestros oídos y vuestras sonrisas
    y en la fragua sangrienta del holgorio
    en que quieren quemarse vuestras prisas!...

    ¡Oh botones baldíos en el huerto
    de una resignación llena de abrojos:
    lloráis un bien que, sin nacer, ha muerto,
    y a vuestra pura lápida concierto
    los...

  • Te haré una rima de encaje con sutil hilo de luna,
    cantaré a tus ojos puros una canción de cristal
    y soñaré con el coro de tus cabellos en una
    mañana primaveral.
    (...)
    Te evocaré yo a la grupa de un negro corcel de ensueño.
    conducido por el mago caballero Lohengrín.
    Tendrán tus hondas pupilas ese místico beleño
    de las vírgenes del Rhin.

    ...

  • In memoriam

  • ¡Oh, cómo te miraban las tinieblas,
    cuando ciñendo el nudo de tu abrazo
    a mi garganta, mientras yo espoleaba
    el formidable ijar de aquel caballo,
    cruzábamos la selva temblorosa
    llevando nuestro horror bajo los astros!
    Era una selva larga, toda negra:
    la selva dolorosa cuyos gajos
    echaban sangre al golpe de las hachas,
    como los miembros de...

  • Te veo un ángel,
    de hueso, piel y carne florecido,
    ojos de lince y aldabón de sienes
    golpeando en las puertas del olvido.

    Y más lejos te veo,
    en una tarde azul y proletaria,
    de blusa azul
    con tus ojos ya claramente azules,
    hablando con muchachas
    de blusa azul,
    y azul de fondo el cielo.

    Luego te vas por una calle solo,
    y...

  • Como el mundo ignora que tú vives,
    que Margarita Leal ha muerto,
    y que son paredes las paredes
    donde sus puños de ángel golpearon,
    como el mundo necesariamente lo ignora,
    tú estás triste

    –Era tan buena!– dices, cantas.
    Yo la he visto morir hacia las tardes;
    doblar un gesto: desasosiego;
    segura muerte y lento desamparo.

    Oh! ángel...

  • A J. DE J. Núñez y Domínguez

    A mi paso y al azar te desprendiste
    Como el fruto más profano
    Que pudiera concederme la benévola
    Actitud de este verano.

    (Blonda Sara, uva en sazón: mi apego franco
    a tu persona, hoy me incita
    a burlarme de mi ayer, por la inaudita
    buena fe con que creí mi sospechosa
    vocación, la de un levita.)

    ...
  • No llames una noche de llantos a tu vida,
    ni pienses tu dolor tan hondo y duradero:
    ofendes al que sufre la verdadera herida,
    al hermano que calla su dolor verdadero.

    Mercader de sollozos, profesional del llanto,
    ¡qué sabiamente expresas ignoradas angustias!
    No son tales prodigios armónicos de canto
    para labios resecos y para frentes mustias.

    ...

  • Estos, amada, son sitios vulgares
    en que en el ruido mundanal se asusta
    el alma fidelísima, que gusta
    de evocar tus encantos familiares.

    Añoro dulcemente los lugares
    en donde imperas cual señora justa,
    tu voz real y tu mirada augusta
    que ungieron con su gracia mis pesares.

    Y recuerdo que en época lejana,
    por tus raras virtudes milagrosas...

  • Vos una claridad y yo una sombra

    E. ROSTAND

    Dama de las eternas palideces,
    con tu mirar tranquilo me pareces,
    irradiando destellos de pureza
    el hada del país de la tristeza.

    Eres la imagen del dolor que implora,
    y por eso mi pecho que te adora,
    al mirar tu expresión...