Amante dulce del alma,
bien soberano a que aspiro,
tú que sabes las ofensas
castigar a beneficios;
divino imán en que adoro
hoy que tan propicio os miro
que me animás a la osadía
de poder llamaros mío;
hoy, que en unión amorosa,
...

¡Oh cuanto triste venturoso día,
que en mi memoria sin cesar contemplo,
cuando en tu estancia convertida en templo,
enfrente de tu lecho de agonía,
alzamos, madre, el ara
donde al eterno Padre el Sacerdote
la víctima inmortal sacrificara!
Présaga, oh...