• I
    Una tras otra van cayendo
    las hojas secas,

    Una tras otra... van fingiendo
    la vida efímera.

    II
    Una tras otra van rodando
    las hojas secas;
    Una tras otra... parodiando
    quimera, muertas

    III
    Como él paisaje, desolado,
    tienes el alma;
    una tras otra han deshojado
    tus ilusiones.

  • Lleva el placer al dolor
    y el dolor lleva al placer;
    ¡vivir no es más que correr
    eternamente alrededor
    de la esfinge del amor!

    Esfinge de forma rara
    que no deja ver la cara...;
    más yo la he visto en secreto,
    y es la esfinge un esqueleto
    y el amor en muerte para.

  • ¡QUÉ lentas son las horas de mi tediosa vida,
    Qué amargos los instantes, ausente de mi amor!
    Desgárrase sin tregua mi dolorosa herida,
    Y vago cual la hoja marchita compelida
            Por rápido aquilón.

    Ya asome esplendorosa con mágica sonrisa
    Aurora en el Oriente con nubes de carmín;
    Ya sople adormecida la perfumada brisa,
    Ya preste melancólica...

  • Vivo sin vivir en mí,
    y tan alta vida espero,
    que muero porque no muero.

    Vivo ya fuera de mí
    después que muero de amor;
    porque vivo en el Señor,
    que me quiso para sí;
    cuando el corazón le di
    puse en él este letrero:
    que muero porque no muero.

    Esta divina prisión
    del amor con que yo vivo
    ha hecho a Dios mi...

  • øøø

     Viéndome perseguido por la alondra
    Que en su rápido vuelo
    Arrebatarme quiso en su piquillo
    Para dar alimento a sus polluelos,

     Yo, diminuto insecto de alas de oro,
    Refugio hallé en el cáliz de una...

  • A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul: vocales,
    diré algún día vuestros latentes nacimientos.
    Negra A, jubón velludo de moscones hambrientos
    que zumban en las crueles hediondeces letales.

    E, candor de neblinas, de tiendas, de reales
    lanzas de glaciar fiero y de estremecimientos
    de umbrelas; I, las púrpuras, los esputos sangrientos,
    las risas de...

  • Cuando retornas, divina Primavera,
    solloza el alma presa en su dolor cobarde...
    Y una voz fresca y pura dice en mi oído: ¡Espera!
    Y una voz melancólica grita en mi pecho: ¡Es tarde!...

    En piélagos de duda boga mi pensamiento.
    ¿Y qué hallaré —suspira— tras la dura jornada?
    De la voz fresca y pura no percibo el acento
    y la voz melancólica grita en mi...

  • Está en el bosque, sonrosada,
    la luna de la madrugada.

    El negro bosque rememora
    lo que miró desde la aurora:

    Se recuerda, temblando, una hoja
    del lobo y Caperuzita Roja;
    del aúreo son del olifante
    del Rey de barbas de diamante
    habla la eufónica espesura
    donde claro eso perdura;
    cuenta el césped que fuera alfombra
    al paso de...

  • Mariposa ebria,
    la tarde,
    giraba sobre nuestras cabezas
    estrechando sus círculos
    de nubes blancas
    hacia el vértice áspero
    de tu boca
    que se abría frente al mar.

    Cielo y tierra
    morían
    en la música verde de las aguas
    que no conocían caminos.

    Retrocedía,
    ahuecada,
    la pared del horizonte
    e iban a echarse a...

  • Ya cantaban los gallos.
    Ya sonaban las campanas
    y él buscábase la frente
    hada la madrugada.
    Sobre calles y suburbios,
    sobre la ciudad toda,
    en un coro de gallos
    levantado y triste,
    él, desasido,
    se buscaba la frente
    hacia la madrugada.

    Y ya en el día
    pudo decir alegre el renacido:
    Oh tierra. Oh nave solitaria,...