¿Por qué, citando con voz mas dolorosa
en llamarte me empeño,
mientras la inmensa creación reposa,
de mis cansados ojos más te alejas,
hijo de la tranquila Noche umbrosa,
blando, plácido Sueño?
¿Por qué tan sólo a mis dolientes quejas
negando oído, a los...


Questo è de sette el più gradito giorno

pien di speme e di gioia:

diman tristezza e noia

recheran l'ore, ed al travaglio usato

ciascuno in suo pensier farà ritorno.

LEOPARDI.

Víspera dulce del...

Duerma ya el viento en el marino llano;
que la nave, desnuda de la vela
que su soplo impelió, rápida vuela
sin su socorro vano.
Tú a su gigante mole das una alma,
un impaciente espíritu de fuego,
que no se cura del tenaz sosiego
de la más muerta calma....

¡Oh tú que al ave celestial excedes
que en sus garras, de horror sobrecogido,
arrebató al Olimpo a Ganimedes!
¡Pues alegra la paz tu dulce nido,
ya por los aires remontarte puedes!
Tiemblen las aves y orgullosas fieras,
y ponzoñosos lúbricos reptiles,
...

Tú que por mi amor trocaste
el empíreo por el suelo,
amoroso, inseparable,
si invisible compañero;
tú que en la débil infancia
me salvaste de mil riesgos,
escucha, celeste hermano,
escucha mi humilde ruego.
Tú la flor de mi inocencia
...

Cual de su sombra con locura rara
va huyendo un niño en rápida carrera,
mas nunca de la sombra se separa,
que tras él va, como su pie ligera,
hasta que al fin, de su tesón cansado,
se para el niño con la sombra al lado:
tal con vana porfía
y malogrado...

Sigue un día a otro día,
oh dulce patria, y el rubor los cuenta;
que, impune todavía
injuria tan sangrienta,
son dos años la edad de nuestra afrenta.
Como el hijo que llora
de la madre la pública mancilla,
bañe tu prole ahora
en llanto la mejilla,...

Tal vez el cielo, que por noble patria
confiesa el alma, y sin cesar la llora,
doloroso contemplo y pensativo,
desde este triste valle de miseria
do prisionero vivo;
cual desde orilla mora,
en encendidas lágrimas deshecho,
mirar solía el Español cautivo...

¡Cuántas cosas hay secretas
para la humana razón!
¡Quién supiera cómo son
los que habitan los planetas
y la inmensa creación!
Si son chicos cual infantes,
o como torres gigantes,
si un ojo o más ojos que Argos
tienen, y si viven largos
siglos...

Ya llegó la feliz hora
en que la divina Aurora
contenta viene a entregar
su beldad encantadora
a los abrazos del mar.
La escala desciende lenta,
y más y más se amedrenta,
y cuando cerca se ve
de donde es fuerza que sienta
del agua el frío su...