De cierto procurador

se encontraba el escribiente

trasladando el borrador

de un pedimento algo urgente,

por orden de su señor.

Iba con mucha atención,

pero tiene el ama al lado,

y estaba en esta ocasión

tan templada que al citado...

Una noche ardorosa,

después de haber cenado alguna cosa,

la joven Isabela

en su lecho acostada

del todo despojada

trataba de entregarse al dulce sueño.

Mas una infame pulga la desvela

picando con empeño

ya el reducido pie, ya la rodilla,...

De histérico una monja padecía

y ningún mes contaba

las calendas purpúreas que aguardaba.

Al convento asistía

un médico arriscado

que por su ciencia conoció el estado

de la joven paciente

y cuál era el remedio conveniente;

y con oculta...

Un confesor gilito

en opinión de santidad estaba,

por lo que despachaba

de penitentes número infinito.

Además, este padre reverendo

llevaba en un remiendo

de su negra pretina

cosida una reliquia peregrina

con muchas indulgencias

que...

El lunes me encontré a Juana
y por ventura, aquel día
para estar una semana
se fue a casa de su tía.
Díjele: - Salada mía, 5
yo de irte a ver tengo gana.
- ¡Ay, señor!, ¿qué se diría?
Pero... venga usted mañana.

Martes al...

A cierta moza un húsar, y no es cuento,

porque le socorriera en sus apuros

del carnal movimiento,

le prometió ocho duros

y después sólo cuatro la dio en paga.

La moza, descontenta

con esta trabacuenta,

para que por justicia se le haga

...

En casa de un labrador

vivían Blas y Lorenza:

se profesaban amor;

pero él tenía vergüenza

y ella tenía rubor.

A la aurora en el corral

se encontraron en camisa.

El encuentro fue casual:

cubrióse ella a toda prisa

la cosa con...

Tenía cierta vieja de costumbre,

al meterse en la cama,

arrimarse en cuclillas a la lumbre,

en camisa, las manos a la llama.

En este breve rato,

le hacía un manso gato

dos mil caricias tiernas:

pasaba y repasaba entre sus piernas.

Y como en...

Madre e hija con su manto

devotas al templo vienen,

no eran aquellas que tienen

devoción con algún santo.

La madre al divino canto

atiende, y cuando el tenor

¿computas —dijo— al cantar?

exclamó: - Mi dicha es fija,

mira que nos llaman, hija...

le pone en su derecha, lo bendice,