• ¡Cómo hasta el alma me llega
    mirar el llanto tenaz
    con que tu pupila ciega
    silenciosamente riega
    lo marchito de tu faz!
    Para la vista y el llanto,
    mezclando el mal con el bien,
    ojos nos dio el cielo santo:
    mas ¡ay! tus ojos no ven,
    ¡ellos que lloraron tanto!
    Fuentes de mar encendido,
    muertos a luz y color,
    vanos son para...

  •  ¡Comprad, comprad mis flores!
    Si es hermosa la tierra como cuentan,
    Sus castas hijas son y sus amores.
    ¿No guardan de su madre los primores
    Que los placeres del que ve acrecientan?
     De su regazo amante

    Frescas las he tomado en este instante:
    ...

  • El sueño bajo el sol que aturde y ciega,
    tórrido sueño en la hora de arrebol;
    el río luminoso el aire surca;
    esplende la montaña;
    la tarde es polvo y sol.
    El terrible caracol del viento
    ronco dormita en el remoto alcor;
    emerge el sueño ingrave en la palmera,
    luego se enciende en el naranjo en flor.
    La estúpida cigüeña
    su...

  • I

     Su ciega y loca fantasía corrió arrastrada por el vértigo,
    Tal como arrastra las arenas el huracán en el desierto.

     Y cual halcón que cae herido en la laguna pestilente,
    Cayó en el cieno de la vida, rotas las alas para siempre.

    ...