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¡La negra selva por doquier! el viento
como inquieto lebrel encadenado
aullando en la espesura!
¡La noche eterna por doquier! el cielo
como un mar congelado,
y el mar como una inmensa sepultura...
¡La negra selva por doquier! el viento |
Preguntaba una noche entristecido: Y la noche me dijo: |
Noble como la cándida adorada |