• A ti me acojo, soledad querida,
    en busca de la paz que mi alma anhela
    en su ya inquieta y procelosa vida;
    mi nave combatida
    por la borrasca de la mar del mundo,
    esquiva ya su viento furibundo,
    y en busca de otro viento sosegado
    dirige a ti su desgarrada vela,
    ¡oh!, puerto deseado
    en que la brisa de bonanza vuela.

    Tú levantas el...


  • Vergine Madre, figlia del tuo Figlio,
    umil ed alta piu che creatura,
    termine fisso deterno consiglio,
    Tu se'colei che l'umana natura
    nobilitasti sí che'l suo Fattore
    non disdegnó di farsi sua fattura.

    (Dante, Paradiso, canto 33)

    Esposa casta, Virgen sin mancilla,
    augusta madre e hija de...

  • ¡Corazón! ¡Corazón! ¿Por qué suspiras?
    ¿Por qué los muros de tu cárcel bates?
    Es imposible, corazón.... ¡Deliras!
    Infeliz corazón, en vano lates!

    Siempre contuve tu ímpetu violento
    desde que pude conocer el mundo;
    siempre fui sordo a tu amoroso acento,
    sin tener compasión de tu ¡ay! profundo.

    ¿Sabes por qué? Tras vanas ilusiones
    (...

  • Corred, lágrimas tristes,
    que es dulce al alma mía
    sentiros a raudales
    del corazón manar;
    corred, que los suspiros
    que exhalo en todo el día
    las ansias de mi pecho
    no bastan a calmar.

    Triste, férvido llanto,
    tus gotas de amargura
    mitigan celestiales
    la sed del corazón;
    y sólo tú suavizas
    mi horrenda desventura,...

  • Hiere, hiere, ¡oh Dolor! He, aquí desnudo
    mi inerme pecho: el protector escudo
    que en otro tiempo rechazó tus dardos,
    roto en pedazos estalló a tus golpes,
    y contra ti ya nada me defiende.
    ¡A ti me entrego en mi fatal despecho!
    Hiere, pues, rompe, hiende,
    destroza sin piedad mi inerme pecho.
    Pero sabe, oh Dolor, que, aunque rendido,
    a ti me...

  • En otro tiempo huías
    de mis llorosos ojos, sueño blando,
    y tus alas sombrías
    lejos de mí batías,
    el vuelo en otros lechos reposando.

    A aquel lecho volabas
    en que guardan la paz las mudas horas,
    y el mío abandonabas,
    porque en él encontrabas
    en vigilia a las penas veladoras.

    Donde quiera que miras
    lecho revuelto en ansias de...


  • E un bel desio, che nasce
    allor che men s'aspetía.

    Metastassio

    ¿Quién eres tú, oh muda compañera
    de mi tristeza solitaria? Di,
    ¿quién eres tú que fuese a donde quiera
    siempre a mi lado cándida te vi?

    ¿Por qué al mirarte el alma estremecida
    siento, y el pecho palpitar de amor?
    ¿Por...

  • Arroyuelo que deslizas
    tu cristal en la pradera,
    tu corriente vocinglera
    voy siguiendo con placer:
    notando voy en tu curso
    la variedad inconstante,
    en esto tan semejante
    a cuanto fue y ha de ser.

    De las cosas de la vida
    es imagen tu carrera,
    que así mudan de manera
    como tú de dirección;
    y por esta semejanza,
    al...

  • Bosquecillo frondoso,
    que a las orillas del sonante río
    abrigo delicioso
    me das en los calores del estío.

    Cuando yo te contemplo,
    mientras abrasa el aire el mediodía,
    el misterioso templo
    te finge del placer mi fantasía.

    Los festivos amores
    están en torno tuyo revolando,
    y en tu lecho de flores
    se recuesta el deleite...

  • I

    En la amena floresta
    de un bosquecillo, se alza la espesura,
    do el ardor de la siesta
    se templa, do murmura
    una de humilde vena fuente pura.

    Allí, cuando subido
    el sol a la mitad del alto cielo,
    cuando más encendido
    su ancho disco sin velo
    el aire enciende y abochorna el suelo.

    Del césped en la alfombra
    suelo...