• Qué me dio Dios para gastar,
    qué?, que no entiendo.

    Esta alegría, esta tristeza,
    dadme para gastarla
    un mar.
    Dadme la vida, padre, tú,
    dadme la muerte.
    Dadme el tiempo ido
    y dadme el que vendrá.

    Dadme cantar y cantando
    verterme como un río,
    por estas calles
    hacia el mar.

  • Vienes por un camino
    que mi memoria sabe,
    y me detengo entonces
    indagándote el rostro.
    Mas ah!, ya no es posible
    siquiera, no es posible
    detenerte un instante.

    Todo está muerto, y muerto
    el tiempo en que ha vivido.
    Yo mismo temo, a veces,
    que nada haya existido;
    que mi memoria mienta,
    que cada vez y siempre
    –puesto...

  • Tan perfecta y blanca.
    Tan alta!
    Tan lejana y blanca.

    Lejos de la muerte,
    y de la vida lejos.
    Lejos de los llantos.
    De las risas, lejos.
    Tanto!

    No sabe esta luna
    cómo todo es triste.
    Cómo es bello el mundo
    y la misma muerte acaso,
    acaso, es volver sin irse.

    Sola arriba, sola.
    Tan perfecta y blanca.
    Tan...

  • Mi corazón
    nostálgico acunador de ensueños,
    imantado de amor
    tuvo la ficción del Norte
    en los cuatro puntos cardinales.

    Mi corazón poeta y buril loco
    en el mármol frígido de las razones,
    —muriendo ya— saludará
    en los cromos lejanos de la tarde
    a una mano fúlgida,
    clamante viajera de horizontes,
    que llama... llama...

  •                        I

    Canta tu canto
    liso y llano.
    Canta tu caracol de mar
    junto al oído.
    Canta tu amor, tu desamor
    y olvido.

                           II

    Hoy domingo de mañana,
    cielo, sol,
    vuelvan campanas,
    vuela mi corazón
    en la mañana.

                          III

    Con esto tan poco...

  • Vuelto a tu casa por la madrugada,
    con un portazo descortés y frío
    dejas la noche afuera,
    y te acuestas solo con tu pensamiento.

    "Qué grande el mundo, y qué pequeño,
    qué lejos los amigos, y qué cerca".

    Y sigues solo con tu pensamiento.
    Pero para dormir no lo precisas.
    Y puesto que es así, ¿por qué no duermes?
    ¡Duerme!

  • Ahí yacen y esperan debajo de la tierra,
    muertos que por las noches escuchan una estrella.
    Mas, son millones los astros y en el silencio ruedan.
    Son millones los muertos y en el silencio esperan.

    Ahí yacen.
    Bajo la tierra gime, no acabada,
    endurecida en su último gesto,
    la risa confiada de los niños
    y aquel soldado, Pedro Rojas,
    vivando un...

  • Noche sin luna
    y yo aquí.
    Ni velamen ni vientos,
    ovillado en la noche
    interrogante signo sin frase

    Y este dolor
    sin raigambre en las cosas
    —fantasma sin memoria—
    ¿vino de un mundo donde no hay ojos,
    que velen a la muerte?

    Quiero solamente,
    en bautismos de alegría y de dolor,
    apretarme a la Tierra
    bajo el ala...

  • Qué lindo allá en la colina
    el arador y los bueyes.
    Cielo y tierra: el horizonte
    y el arador en el vértice.

    ¿Aras labrador en tierra
    o abres surcos en el cielo?

    Ara labrador en tierra.
    Con reja de luna y bronce.
    Ara labrador en tierra.
    ¡No olvides a tus hermanos!

  • Para no pensar lo que debes pensar
    para no decirte lo que debes decirte,
    ibas mirando algo que no existe.
    Pero debes pensar y oír como se debe.

    Mira los árboles.
    Tienen hojas verdes ahora
    y tú no las has mirado.
    Palpaste más de una vez sus troncos
    viste latir y subir su savia
    Mira sus hojas ahora.

    Qué manía tienes.
    Quieres...