¡Yo te saludo, dulce encantadora
indefinible hora,
donde se unen y mezclan noche y día!
¡Hora de suave calma
y de vaga inefable poesía!
¡Oh romántica virgen sonadora!
a tu triste beldad ceda la palma
la rozagante Aurora:
que su faz leda y su mirada viva
menos al tierno corazón agrada
que tu faz pensativa
y dulce melancólica...
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A ***
¡Oh melancólica virgen!
Cuando el sol se hunde en las olas,
ve con paso lento a solas
a la playa a meditar:
que siempre al incierto rayo
del agonizante día,
está la Melancolía
sentada orillas del mar.
Hela allí -el ebúrneo codo
apoyado en la rodilla,
y en la palma la mejilla,
en pensativa actitud;
... -
¿A dónde partís tan lejos,
tristes aves de la tarde,
que a los cansados reflejos
del día que va a expirar,
atravesáis en bandadas
el firmamento sombrío,
y atrayendo mis miradas,
me hacéis de pena llorar?
¿Por qué en contemplaros hallo
una dulzura secreta
y agitan mi mente inquieta
mil recuerdos en tropel?
¿Por qué de...