Manuel Acuña

  • Mire usted, Asunción: aunque algún ángel
    metiéndose envidioso,
    conciba allá en el cielo el mal capricho
    de venir por la noche a hacerle el oso
    y en un acto glorioso
    llevársela de aquí, como le ha dicho
    no sé qué nigromante misterioso,
    no vaya usted, por...