José María Heredia

  • Témplase ya del fatigoso estío
    El fuego abrasador: del yerto polo
    Del septentrión los vientos sacudidos,
    Envueltos corren entre niebla oscura,
    Y a Cuba libran de la fiebre impura.

    Ruge profundo el mar, hinchado el seno,
    Y en golpe azotador hiere las playas...

  • En los yermos del mar, donde habitas,
    Alza ¡oh Musa! tu voz elocuente:
    Lo infinito circunda tu frente,
    Lo infinito sostiene tus pies.
    Ven: al bronco rugir de las ondas
    Une acento tan fiero y sublime,
    Que mi pecho entibiado reanime,
    Y mi frente ilumine...

  • ¡Cuba, Cuba, que vida me diste,
    dulce tierra de luz y hermosura!
    ¡Cuánto sueño de gloria y ventura
    tengo unido a tu sueño feliz!
    ¡Y te vuelvo a mirar...! Cuán severo,
    hoy me oprime el rigor de mi suerte
    la opresión me amenaza con muerte
    en los campos do...

  • Huracán, huracán, venir te siento,
    Y en tu soplo abrasado
    Respiro entusiasmado
    Del señor de los aires el aliento.

    En las alas del viento suspendido
    Vedle rodar por el espacio inmenso,
    Silencioso, tremendo, irresistible
    En su curso veloz. La tierra en...

  • ¡Cuánto es bella la tierra que habitaban,
    Los aztecas valientes! En su seno
    En una estrecha zona concentrados,
    Con asombro se ven todos los climas
    Que hay desde el Polo al Ecuador. Sus llanos
    Cubren a par de las doradas mieses
    Las cañas deliciosas. El naranjo...

  • ¡Cuán difícil es al hombre
    hallar un objeto amable
    con cuyo amor inefable
    pueda llamarse feliz!

    Y si este objeto resulta
    frívolo, duro, inconstante
    ¿Qué resta al mísero amante
    sino exclamar ¡ay de mí!

    El amor es un desierto
    sin límites,...

  • El cielo está puro,
    La noche tranquila,
    Y plácida reina
    La calma en el mar.
    En su campo inmenso
    El aire dormido
    La flámula inmóvil
    No puede agitar.

    Ninguna brisa
    Llena las velas,
    Ni alza las ondas
    Viento vivaz.
    En el...

  • ¿Qué tristeza profunda, qué vacío
    siente mi pecho? En vano
    corro la margen del callado río
    que la celeste Lola
    al campo se partió. Mi dulce amiga,
    por qué me dejas? ¡Ay! con tu partida
    en triste soledad mi alma perdida
    verá reabierta su profunda llaga,...

  • Tú que de nieve eterna coronado
    Alzas sobre Anahuac la enorme frente,
    Tú de la indiana gente
    Temido en otro tiempo y venerado,
    Gran Popocatepetl, oye benigno
    El saludo humildoso
    Que trémulo mi labio te dirige.
    Escucha al joven, que de verte ansioso...

  • ¡Qué! ¡De las ondas el hervor insano
    Mece por fin mi lecho estremecido!
    ¡Otra vez en el Mar!... Dulce a mi oído
    Es tu solemne música, Oceano.
    ¡Oh! ¡cuántas veces en ardientes sueños
    Gozoso contemplaba
    Tu ondulación, y de tu fresca brisa
    El aliento...