José Asunción Silva

  • Una noche,
    una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de alas,
    una noche,
    en que ardían en la sombra nupcial y húmeda, las luciérnagas fantásticas,
    a mi lado, lentamente, contra mí ceñida, toda, muda y pálida
    como si un presentimiento de...

  • En los húmedos bosques, en otoño,
    al llegar de los fríos, cuando rojas,
    vuelan sobre los musgos y las ramas
    en torbellinos, las marchitas hojas,
    la niebla al extenderse en el vacío
    le da al paisaje mustio un tono incierto
    y el follaje do huyó la savia ardiente...

  • Anoche, estando solo y ya medio dormido,
    mis sueños de otras épocas se me han aparecido.

    Los sueños de esperanzas, de glorias, de alegrías
    y de felicidades que nunca han sido mías,

    se fueron acercando en lentas procesiones
    y de la alcoba oscura poblaron los...

  • De todo lo velado,
    tenue, lejana y misteriosa surge
    vaga melancolía
    que del ideal al cielo nos conduce.

    He mirado reflejos de ese cielo
    en la brillante lumbre
    con que ahuyenta las sombras, la mirada
    de sus ojos azules.

    Leve cadena de oro
    ...

  • Tu tez rosada y pura; tus formas gráciles
    de estatua de Tanagra; tu olor de lilas;
    el carmín de tu boca de labios tersos;
    las miradas ardientes de tus pupilas;
    el ritmo de tu paso; tu voz velada;
    tus cabellos que suelen, si los despeina
    tu mano blanca y fina,...

  • Ella estaba con él... A su frente
    pensativa y pálida,
    penetrando al través de las rejas
    de antigua ventana
    de la luna naciente venían
    los rayos de plata,
    él estaba a sus pies, de rodillas,
    ¡perdido en las vagas
    ...

  • ¡Aserrín!
    ¡Aserrán
    Los maderos de San Juan,
    Piden queso, piden pan,
    Los de Roque
    Alfandoque,
    Los de Rique
    Alfeñique
    ¡Los de triqui, triqui, tran!

    Y en las rodillas duras y firmes de la Abuela,
    Con movimiento rítmico se balancea el niño...

  • ¡Oh voces silenciosas de los muertos!
    Cuando la hora muda
    y vestida de fúnebres crespones,
    desfilar haga ante mis turbios ojos
    sus fantasmas inciertos,
    sus pálidas visiones...
    ¡Oh voces silenciosas de los muertos!
    En la hora que aterra
    no me...

  • Es la hora en que los muertos se levantan
    mientras que duerme el mundo de los vivos,
    en que el alma abandona el frágil cuerpo
    y sueña con lo santo y lo infinito

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    Vierte la luna plateados rayos
    que reflejan las ondas...