Vi en el Támesis umbrío Cien y cien naves cargadas De riqueza; Vi su inmenso poderío, Sus artes tan celebradas, Su grandeza; Mas el ánima afligida Mil suspiros exhalaba Y ayes mil; Y ver la orilla florida Del manso Dauro anhelaba Y del Genil. Vi de la soberbia corte Las damas engalanadas, Muy vistosas; Vi las bellezas del norte, De blanca nieve formadas Y de rosas: Sus ojos de azul del cielo; De oro puro parecía Su cabello; Bajo transparente velo Turgente el seno se vía, Blanco y bello. ¿Mas qué valen los brocados, Las sedas y pedrería De la ciudad? ¿Qué los rostros sonrosados, La blancura y gallardía, Ni la beldad? Con mostrarse mi zagala, De blanco lino vestida, Fresca y pura, Condena la inútil gala, Y se esconde confundida La hermosura. ¿Dó hallar en climas helados Sus negros ojos graciosos, Que son fuego, Ora me miren airados, Ora roben cariñosos Mi sosiego. ¿Dó la negra cabellera Que al ébano se aventaja? ¿Y el pie leve, Que al triscar por la pradera, Ni las tiernas flores aja, Ni aun las mueve?... Doncellas las del Genil, Vuestra tez escurecida No trocara Por los rostros de marfil Que Albïon envanecida Me mostrara. Padre Dauro, manso río De las arenas doradas, Dígnate oír Los votos del pecho mío; Y en tus márgenes sagradas Logre morir.
El recuerdo de la patria
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Único asilo en mis eternos males, Augusta soledad, aquí en tu seno, Lejos del hombre y su importuna vista, Déjame libre suspirar al menos: Aquí, a la sombra de tu horror sublime, Daré al aire mis lúgubres lamentos, sin que mi duelo y mi penar insulten Con sacrílega risa los perversos, Ni la...
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Cesa un instante siquiera, Cesa, avecilla, en el canto, Y no atraigas a los tuyos Con tu pérfido reclamo: El mismo dueño a quien sirves, Te arrancó del nido amado, Te robó la libertad, Te desterró de los campos; Y por complacerle ahora, De tanta crueldad en pago a tu esposo y a tus hijos Tú...
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Al borde está de una tumba La inexorable deidad, Mal ceñido el negro manto, Lívida la horrenda faz, Y la planta descarnada Sobre una corona real: En tablas de bronce y mármol, Carcomidas por la edad, Apoya el brazo siniestro Con terrible majestad, Y la historia de cien siglos Debajo borrada está...
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