COBARDÍA
Sobre la arena mórbida que inquieto el mar azota
sombreando la cabaña, vigila una palmera.
La «paraca» despeina su verde cabellera
y junto al pescador gira la alba gaviota.
La tortuga longeva pensando en la remota
malhadada aventura que la hizo prisionera
medita una evasión y realizarla espera
si el anciano se embriaga en el sopor que flota.
El asno bajo el viento abre y cierra los ojos.
El perro con desgano husmea los despojos
y enarcada la cola marcha a saciar su sed.
Duerme el viejo la siesta… La tortuga resuelve
fugar y de puntitas se aleja… pero vuelve
¡la estaba viendo huir, desde un rincón, la red!