La primavera

¿Ves, hermosa, la fuente que bullendo el céfiro menea blandamente? Amor la agita: mira su corriente hacia el amado arroyo huir riendo. Mira volar la abeja susurrante en torno de las violas olorosas, y su néctar le ofrecen amorosas, zagala; que es la flor también amante. ¿No escuchas gorgear los ruiseñores, de aguda flecha el tierno pecho heridos, y en melodiosos trinos no aprendidos explicar sus dulcísimos amores? ¿No ves las palomillas amorosas exhalar sus arrullos inflamados? ¿Los pichones no ves enamorados responder en querellas cariñosas? Todo es amor; la alegre primavera, al universo nueva vida dando, naturaleza yerta va inflamando, que Enero con su escarcha entorpeciera. Y tú, por más que lo rehuyas dura, has de rendir a Amor el cuello erguido, que todo se avasalla ¡ay! a Cupido: tal es la ley eterna de natura.

Collection: 
1788

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